Cuidado con las dietas milagro, aprende a reconocerlas


Cada año al comenzar el buen tiempo y en las cercanías del verano, los deseos por perder peso se acentúan y en el afán de lograr ese objetivo, muchos somos presas de las famosas dietas milagro que pueden poner en riesgo nuestra salud. Por eso, recordamos tener cuidado con las dietas milagro y te damos algunos trucos para aprender a reconocerlas y así mantenernos lejos de ellas.

Por qué tener cuidado con las dietas milagro

Más allá de la alocada propuesta que puede surgir de una dieta milagro, muchos pensarán: ¿qué tanto me afectará si sólo dura unos pocos días?. Sin embargo, nuestro metabolismo sufre las consecuencias a corto plazo y podemos sufrir secuelas aun tiempo después de dejar una dieta milagro.

Una dieta milagro es aquella que nos propone soluciones mágicas, rápidas y con escaso esfuerzo, por eso su nombre y su atractivo cuando nos encontramos en las cercanías del verano con unos kilos de más.

No obstante, quienes buscan una dieta milagro saben que pretenden adelgazar con ella y olvidarse de la dieta para siempre, algo que puede repetirse con los resultados que con ella logremos. Es decir, es probable que la dieta milagro nos permita perder peso en un determinado tiempo y que acabado ese tiempo regresemos a la alimentación habitual, felices y con un peso más cómodo. Pero en poco tiempo después, tras olvidar la dieta también debemos olvidarnos del peso perdido, pues prontamente regresamos al peso previo o alcanzamos uno mayor. Estamos ante el famoso efecto rebote.

El efecto rebote se produce como consecuencia de someter a nuestro organismo a una “dieta de hambre”, con lo cual le damos poco sustrato y éste se ve obligado a reducir el gasto calórico para funcionar con poca energía. Cuando acabamos la “dieta de hambre”, el cuerpo absorberá más de lo provisto y como lo provisto es extremadamente diferente a lo poco que le dabamos antes, es lógico que aumentemos de peso.

Por otro lado, las dietas milagro pueden proponernos utilizar productos mágicos que dañan la salud, pueden ser muy desequilibradas en términos nutricionales y muy alocadas, por lo tanto, nunca se nos ocurriría pensar en esa dieta para siempre.

Entonces, los riesgos de sufrir efecto rebote siempre están y nunca aprenderemos a comer sano para siempre ni modificaremos hábitos con este tipo de propuestas milagrosas. Por eso lo aconsejable es modificar nuestra dieta habitual para que el cuerpo no sufra cambios bruscos y para que en el tiempo conservemos los cambios y los resultados sean duraderos como la dieta lograda.

Cómo reconocer una dieta milagro

Aprender a reconocer una dieta milagro resulta primordial si queremos alejarnos de ella para conservar la salud. Es decir, si queremos adelgazar de manera saludable y sin riesgos, lo mejor es alejarnos de las dietas que presenten las siguientes características:

  • Luce un título atractivo que capta fácilmente nuestra atención (o simplemente lleva un título, pues con frecuencia las dietas personalizadas no tienen una denominación particular).

  • Prometen un descenso de peso importante en poco tiempo. Por ejemplo: “Pierda 10 kg de peso en sólo 3 semanas”.

  • Se promocionan en revistas, televisión u otro medio destacando sus características con palabras como “mágicas”, “fabulosa” o “sorprendente”.

  • Generalmente prometen un adelgazamiento con nulo o escaso esfuerzo: “sin necesidad de dejar de comer” o “sin realizar actividad física”.

  • Destacan un alimento o grupo de alimentos y se basan en éste, por ejemplo: la dieta de la manzana, la dieta de la sopa de col o la dieta proteica.


Como podemos ver, estas dietas milagro no prometen una alimentación que podamos sostener, que no signifique una amenaza para el organismo o que nos enseñe a comer mejor y consolidar nuevos hábitos de vida, simplemente nos ayudan a bajar peso rápido. Por eso, estas dietas milagro son usadas cuando no nos importa el medio sino simplemente, adelgazar.

Lo aconsejable es mantenernos al margen de estas dietas milagro que pueden alterar el funcionamiento de nuestro organismo para siempre y adentrarnos en un proceso en el cual poco a poco aprendamos a comer mejor y vivir con hábitos más saludables. De esta manera, si tenemos unos kilos de más lograremos adelgazar y una vez que el cuerpo logre un peso apropiado podemos sostener dicho peso sin sufrir hambre ni realizar locuras. Es decir, podremos adelgazar sanamente y disfrutar de los resultados por mucho tiempo.

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