¿Ozempic para combatir la adicción a la cocaína? Un grupo de científicos han descubierto un posible nuevo uso del medicamento de moda

Se trata de una fase muy experimental, no testada en humanos, llevada a cabo en dos universidades con ratas de laboratorio

Jaime de las Heras

Editor Senior

Desde hace un tiempo, se ha vuelto costumbre escuchar que Ozempic y otros fármacos derivados de la semaglutida —originalmente concebidos para tratar la diabetes, pero redescubiertos como poderosos aliados en la pérdida de peso— cuentan con atributos milagrosos, que emergen casi mes a mes. 

No tanto porque sean útiles para todo, sino porque hace unos años pocos estudios exploraban aplicaciones más allá de su indicación original. A medida que se popularizaron, más universidades e investigadores comenzaron a indagar nuevos usos, ampliando, así, nuestro conocimiento sobre sus posibilidades.

Ahora, buena parte de ese enfoque renovado gira en torno a una curiosa observación: un estudio realizado en ratas sugiere que semaglutida podría reducir la adicción a la cocaína

Científicos de la Universidad de Gotemburgo, en colaboración con varios investigadores de la Universidad de Pennsylvania, permitieron que ratas presionaran una palanca para autoadministrarse cocaína, y las trataron luego con semaglutida

Resultado: el consumo disminuyó en un 26 %, los comportamientos de recaída tras abstinencia se redujeron en un 62 %, y desapareció gran parte de la motivación por conseguir la droga. 

Algunos de los autores del estudio señalan que este hallazgo podría abrir la puerta a un tratamiento farmacológico de la adicción a la cocaína, que hoy día no existe, aunque subrayan que antes hay que probar si esto funciona también en humanos. No es el único frente donde la semaglutida muestra potencial. De hecho, son muchas las pistas que apuntan a sus beneficios en cuanto a la salud cardiovascular

En ensayos recientes —presentados en congresos como el de la Sociedad Europea de Cardiología— pacientes con insuficiencia cardíaca, obesidad y diabetes tipo 2 presentaron reducciones notables en hospitalizaciones y mortalidad; semaglutida logró disminuir ese riesgo hasta en un 42 %, y tirzepatida, otro fármaco similar, alcanzó un 58 % de reducción. 

Lo curioso es que no es la primera vez que se apunta al uso de Ozempic en comportamientos adictivos, estudios en roedores han demostrado que semaglutida no solo impacta la adicción a estimulantes como la cocaína, sino también reduce el consumo de alcohol

Claro está que Ozempic también puede tener contraindicaciones. Está prohibida su administración a personas con antecedentes personales o familiares de carcinoma medular de tiroides o síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2, o durante el embarazo. Entre los efectos secundarios más comunes destacan náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y dolor abdominal.

Algunas personas también pueden sufrir gastroparesia, pancreatitis o ciertos trastornos oculares. Un estudio reciente detectó un ligero aumento en casos de degeneración macular neovascular, aunque representa apenas un 0,2 % al año frente al 0,1 % en quienes no usan el fármaco. 

En el caso concreto de la adicción a la cocaína hay que remarcar que es una fase extremadamente inicial de cualquier tipo de decisión. Por el momento se basa únicamente en modelos animales, concretamente en ratas y hasta que pudiera verse un posible efecto en humanos tendría que pasar muchas más fases clínicas, de ensayos y pruebas hasta convertirse en realidad.

Imágenes | Novo Nordisk

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