De tapas por Madrid, El Brillante

El Brillante famoso por su bocadillo de calamares. Esta es la frase que reza en las grandes ventanas de uno de los sitios más famosos de Madrid por su bocata de calamares. Si pasas por Madrid y tienes una hora de sobra no dejes de repostar fuerzas en este bar.

El Brillante se encuentra justo en frente de la estación de tren de Atocha-Renfe, muy cerca del Retiro al que se accede desde allí por la Cuesta de Moyano. La dirección en concreto es en la Plaza Carlos V, 8. Así que podemos decir que se encuentra en un lugar estratégico ya que está muy cerca de los principales museos de Madrid y zonas de turismo. Y además, y es rizar el rizo, muy cerca de mi casa.

Hoy os quiero hablar de sus grandes virtudes, en especial el bocata de calamares pero también de algunos inconvenientes que nos podemos encontrar.

El bocata de calamares de El Brillante

¡Qué rico! Y es que es mejor empezar por lo mejor que tiene este bar. Con diferencia es el mejor bocadillo de calamares de Madrid. Lo puedes comer con diferentes panes y formatos. En baguette, en media baguette, en chapata, en pan tradicional, etc. Con y sin mahonesa o mayonesa.

Los calamares destacan por encima de cualquier otra tapa o ración que podamos pedirnos. Son tiernos, jugosos y con un chorro de limñon deliciosos.

Además nos pedimos un par de tercios de cerveza y una ración de sepia. Claro, después de comernos el bocadillo de calamares, la sepia se quedaba un tanto pobre. La sirven en tradicionales plaqués de metal. Mejor forma para ahorrar en vajilla imposible, estos no se rompen nunca.

Por cierto, el pan lo cuecen allí mismo, por lo que siempre lo encontraremos en un buen estado y algunas veces calentito.

El aspecto del bar es tradicional, hay quien diría un tanto cutre y sucio, pero hay quien diría que ese es el encanto de este tipo de sitios. Yo soy de los segundos.

Lo malo

No todo es bueno en El Brillante, podíamos destacar como puntos flojos la atención al cliente y los precios.

Como atención al cliente no está demás que teniendo siempre llena la terraza y el bar como lo tienen que pusieran algún camarero más, ya que están un poco desbordados, sobre todo los días de buen tiempo que la terraza está repleta siempre.

Los camareros son, porque no decirlo, los típicos camareros madrileños. Bordes y secos que se creen que con una sonrisa después de meterte la puya lo solucionan todo. En fin, mejor a pasar un buen día y pasar de esos modales.

Los precios son un tanto abusivos, por lo que es mejor ir a El Brillante una vez al año que no hace daño. Dos tercios, un bocadillo de calamares y una ración de sepia, 28 euros. El bolsillo duele todavía.

Aún así, creo que es una experiencia, la de comer este bocata de calamares, que hay que hacer al menos una vez en la vida.

El Brillante, tapas en Madrid

Bar tradicional
Carta variada
Plaza del Emperador Carlos V, 8
Precio muy caro

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