“El fin de una era”: Benidorm se despide de la paella gigante del mítico restaurante Aitona. Pero tendrá un final feliz

Paella Aitona Cartel

Casi 60 años ha estado el cartel con forma de paella gigante alegrando el centro de la ciudad

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Liliana Fuchs

Editor

Este jueves, Benidorm se despertaba huérfano. Sus calles habían perdido uno de los símbolos que representaba en sí mismo la propia esencia de la ciudad alicantina: la paella gigante del Aitona. Un ejemplo de la cartelería patria más kitsch, que llevaba casi 60 años funcionando como reclamo del también ya mítico restaurante benidormense, todo un clásico entre turistas y vecinos y casi lugar de peregrinaje al que acudir para comer un buen arroz.

Pero el pasado miércoles, ante la sorpresa de los viandantes que pasaban por la calle Ruzafa, un grupo de operarios desmontó la icónica paella, por cambio de actividad del negocio, para retirarla del emplazamiento en el que se había convertido en un elemento más del mobiliario urbano. Una suerte de monumento viejuno-pop que había sobrevivido imperturbable a los cambios de modas. No había turista o visitante que pasara por la calle o entrara al local sin detenerse a contemplar con una sonrisa la gigantesca paella, fotografiada y compartida en redes infinidad de veces.

Tal y como recoge el periódico local Información, los testigos de la retirada se preguntaban, consternados, qué iba a pasar con la paella, temiendo que hubiera llegado su triste final. Sin embargo, hay buenas noticias, pues la paella del Aitona se ha ganado por derecho propio su conservación como símbolo de la ciudad.

Según han confirmado fuentes municipales al citado medio, la paella gigante ha sido cedida por los propietarios al Ayuntamiento de Benidorm, que será ahora el encargado de restaurar el cartel y buscarle una nueva ubicación que le haga honores, aunque ya no podrá ser el punto de referencia del restaurante especializado en arroces.

El origen del Aitana hay que buscarlo en otro local de la misma calle, donde Jaime Pérez Sales, vecino de Benidorm, entró a trabajar muy joven como camarero a mediados de los años 50. Con apenas 23 años pudo adquirir el negocio convirtiéndose en su propietario, con el que inició una exitosa carrera como empresario de hostelería. En 1963 abrió el Nuevo Aitana incorporando una, por entonces, novedosa barra para aperitivos. Tras contraer matrimonio con su esposa Carmen, con quien tendría dos hijos, finalmente abrieron el definitivo restaurante Aitana en 1965, pues el anterior se les había quedado pequeño.

The Benidorm Enthusiast

Dos años después instalarían la famosa paella gigante que, sin pretenderlo en su día, se convertiría en parte de la identidad de Benidorm, símbolo del restaurante pero sobre todo de la propia ciudad. Un icono popular que a muchos les parecería hortera, pero que se ganó con su peculiar encanto el corazón de los benidormenses y turistas, locales y extranjeros, quienes también lamentaban la pérdida del cartel. “End of an era”.

Imagen | Google Maps

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