De jardineras, las ovejas: el hotel con campo de golf en el interior de Cádiz donde conviven deporte y trashumancia

Un rebaño de unas setenta cabezas pastorea cada mañana las instalaciones de este hotel cerca de Jerez de la Frontera

Posiblemente alguna oveja pudiera confundir el cayado de su pastor con el drive de un golfista, pero la realidad, a veces, supera a la ficción. Convertidas en un auténtico todoterreno, las ovejas que pastorean por el campo de golf del hotel Barceló Montecastillo Golf se han convertido en dueñas y señoras de calles, greenes y roughs, mutadas en improvisadas jardineras.

Con el reflejo de St. Andrews, en Escocia, en la lejanía y como referente de uno de los campos de golf más sostenibles del mundo, este hotel ubicado a unos 10 kilómetros al noreste de Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz, a una media hora de la playa y ya de camino a la Ruta de los Pueblos Blancos.

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Aquí han convertido la necesidad en virtud a costa de un rebaño de unas setenta ovejas que pastan y campan (nunca mejor dicho) a sus anchas por los 18 hoyos del campo, encargándose de que los más de 6.500 metros del recorrido estén a pedir de boca. Las suyas, concretamente.

Basándose en el pastoreo y la trashumancia, este pequeño rebaño de ovejas autóctonas de la raza manchega-sureña se alimentan tanto de los remanentes que quedan en los greenes y en las calles, así como en el clásico rough que bordea el campo, manteniendo el espacio no sólo en perfecto estado para que no haya irregularidades, sino también abonado.

Cada mañana, el rebaño sale a su particular desayuno, guiado por Pepe, su pastor, un jerezano que lleva toda la vida entre ovejas y prados y que ha resultado el modelo perfecto para esta sinergia entre golf y ovejas que el hotel ha puesto en marcha.

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Casi a modo de rastrillo y con sus afilados dientes como protagonistas, las ovejas permiten que la altura de los campos sea la exacta para jugar al golf, pues no dejan ni hierbas demasiado altas, lo cual impediría la práctica, pero tampoco pulen hasta la más mínima brizna cada pista, permitiendo que haya un ten con ten donde, además, estercolan cada mañana los 18 hoyos del campo diseñado por Jack Nicklaus.

Imágenes | Barceló Montecastillo Golf

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