Cuidado al poner reseñas negativas a un restaurante: esta abogada aclara qué consecuencias acarrean si no son del todo veraces

Las reseñas online se han convertido en parte esencial de la vida cotidiana. Un comentario en Google o en redes sociales puede condicionar la reputación de un restaurante, una clínica o una tienda. Sin embargo, no todas las críticas son inocuas. 

La abogada y creadora de contenido Susanna Capdevila (@susanna.capdevila) ha explicado en un vídeo en TikTok qué riesgos legales pueden acarrear las reseñas negativas si no son del todo veraces.

Según detalla la jurista, los casos problemáticos surgen cuando alguien afirma un hecho falso y no puede demostrarlo. En ese escenario, la crítica puede ser considerada “gravemente injuriosa” y dar lugar a una demanda. “Por ejemplo, si escribes que había una cucaracha en el plato y no puedes probarlo, podrías enfrentarte a una condena”, señala la experta.

Hechos demostrables

La clave, insiste Capdevila, está en poder probar lo que se afirma. Si el cliente cuenta con una fotografía, un vídeo o testigos que respalden su versión, entonces la reseña se considera legítima. En ese caso, aunque la empresa decida demandar, no prosperará porque la crítica se basa en hechos objetivos y demostrables.

En cambio, si lo que se publica es una opinión negativa pero honesta, no hay problema. Comentarios como “la comida estaba fría” o “el servicio fue lento” se enmarcan dentro de la libertad de expresión, siempre que reflejen una experiencia real. 

“Una opinión subjetiva no es sancionable, siempre que no se inventen hechos”, aclara la abogada. Capdevila advierte de la importancia de medir bien las palabras. No se trata de renunciar a las críticas, sino de ser responsables: “Hay que tener cuidado y publicar siempre cosas ciertas y críticas basadas en hechos”. Con ello se protege no solo la propia credibilidad como consumidor, sino también la legalidad de lo que se escribe en internet.

Si bien las reseñas negativas siguen siendo una herramienta útil para advertir a otros usuarios y mejorar la calidad de los servicios, conviene recordar que, cuando cruzan la línea de lo falso o injurioso, pueden tener consecuencias legales. La transparencia y la honestidad son la mejor garantía para opinar con libertad y sin miedo a represalias.

Foto| Rawpixel.com

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