Lo llaman "sincrocomer": hay quienes se reparten el plato para que los últimos bocados tengan de todos los ingredientes

Una tendencia curiosa que combina placer, control y memoria gustativa a partes iguales y donde lo importante es disfrutar

Joana Costa

Editor

Comer no es solo alimentarse. Es también una forma de organizar el placer, de controlar el ritmo y de prolongar lo que gusta. Y aunque parezca una manía sin importancia, muchos han descubierto que hay toda una filosofía detrás de ese gesto tan cotidiano de dejar un poco de todo para el final.

El fenómeno se llama sincrocomer y cuenta con muchos adeptos en redes sociales. Consiste en comer de manera consciente, dejando siempre una muestra de cada ingrediente del plato para que el último bocado contenga todos los sabores juntos. 

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Lo que parece una simple costumbre se convierte, en realidad, en una declaración de equilibrio. La creadora @julianneluque lo ha explicado en TikTok con un ejemplo claro: quienes practican esta forma de comer no soportan terminar el plato con un solo trozo de patata o un resto de lechuga. 

Buscando encontrar si a otras personas les sucede lo mismo, la creadora de contenido se ha encontrado, no solo con grandes cantidades de adeptos, sino con que esto tiene un nombre propio. "Se llama sincrocomer y lo hago desde el principio del plato y sin separar la comida", le aclara un usuario.

"Pensé que era la única que lo hacía", dice una usuaria, mientras que otros añaden que el último bocado "debe ser el mejor". E incluso hay quien va más allá: "Yo lo hago desde el inicio, y si no me gusta algo como por ejemplo alguna legumbre, me la como primero", añade.

Sus adeptos prefieren que el cierre sea un resumen del plato completo, un instante final donde textura y sabor se mezclan en armonía. Detrás de esta práctica hay una razón real.

El primer y el último bocado

El cerebro humano registra los extremos de la experiencia —el principio y el final— con más intensidad que el resto. Por eso, el último bocado deja una impresión duradera, capaz de condicionar el recuerdo que tenemos de una comida entera.

Aunque el término se haya popularizado en redes, el sincrocomer tiene base en la psicología del sabor. Son muchos los que creen que la combinación final de sabores puede influir en la satisfacción general de una comida, igual que la música final de una película define su emoción.

El cierre perfecto

Más que una moda, el sincrocomer invita a repensar la relación con la comida. Comer despacio, observar el plato, escuchar al cuerpo y no terminar por inercia. Reservar ese último sorbo o ese último trozo no es avaricia, sino la búsqueda consciente de un cierre perfecto.  "Yo siempre me guardo un poco de bebida para el final", dice uno.

En un mundo donde se come rápido y se olvida aún más rápido, este gesto parece un recordatorio de algo esencial: saborear también el final. Porque, al fin y al cabo, el último bocado es el que nos acompaña en la memoria mucho después de dejar la mesa.

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