Los bulbos que se plantan en otoño para que tu jardín florezca en primavera

El otoño no solo es tiempo de hojas secas y mantas en el sofá. También es la temporada perfecta para planificar la próxima explosión de flores, como la del famoso jardín holandés Keukenhof. Quien planta bulbos ahora recoge belleza en primavera, cuando todo vuelve a despertar y el jardín premia la paciencia.

La magia de los bulbos está en su discreción. Se entierran, desaparecen durante meses y, cuando menos te lo esperas, brotan como una promesa cumplida. Es una lección de paciencia y constancia en una época en la que casi todo se busca al instante.

Lo importante es saber elegir. No todos los bulbos son iguales, ni florecen al mismo tiempo. Los de otoño necesitan pasar frío para germinar y desplegar su esplendor cuando el clima cambia. Son pequeños depósitos de vida, diseñados por la naturaleza misma para resistir el invierno.

Tulipanes: los favoritos de los impacientes

Son los reyes del jardín primaveral y uno de los más fáciles de cultivar. Basta con plantarlos a unos cuantos centímetros de profundidad y dejar que el tiempo haga lo suyo. Los tulipanes coloridos se adaptan bien a macetas y parterres, y combinan con casi cualquier planta.

Narcisos: el anuncio del buen tiempo

Los narcisos son resistentes, aromáticos y agradecidos. No temen el frío ni la lluvia, y suelen ser los primeros en florecer. Con sus tonos amarillos y blancos, aportan luz incluso en los días más grises. Son ideales y versátiles para borduras o zonas de paso.

Jacintos: aroma y color concentrado

Si hay un bulbo que perfuma el aire antes incluso de abrirse, es el jacinto. Su flor densa y su fragancia inconfundible llenan de vida cualquier espacio. En maceta o jardín, basta con mantener la tierra húmeda y dejar que el frío haga su parte. Una elección clásica y segura.

Crocus, muscaris y anémonas

No necesitan protagonismo para brillar. Los crocus anuncian la primavera incluso antes que los narcisos; los muscaris, con su azul intenso, aportan un toque silvestre; y las anémonas combinan color y delicadeza. Todos ellos son fáciles y resistentes, ideales para principiantes.

Cómo plantarlos correctamente

El secreto está en la profundidad y el drenaje. El bulbo siempre se coloca con la punta hacia arriba, en tierra suelta y sin encharcar. Si el suelo retiene agua, se pudren. Mejor combinarlos con grava o sustrato arenoso para un resultado limpio y duradero.

Plantar bulbos en otoño es un acto de fe en la belleza. Lo haces hoy, sin recompensa inmediata, pero sabiendo que en marzo o abril el jardín te devolverá el gesto. Es una forma de recordar que lo bueno tarda, pero llega, y lo hace con color y generosidad.

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