Una selección equilibrada para montar una tabla festiva sin disparar el presupuesto
Las mesas navideñas tienen algo de coreografía aprendida. El asado sale, los platos se retiran, la conversación se relaja y, cuando parece que todo está hecho, aparece la tabla de quesos. Ese momento en el que nadie tiene prisa y todo el mundo opina. Ahí es donde, desde hace unos años, Lidl consigue sorprender más de lo que muchos esperan, tanto por sabor como por precios, pues no superan los 3 euros por cuña.
La cadena alemana ha afinado su surtido festivo hasta convertirlo en un pequeño refugio para quienes quieren quedar bien sin hipotecarse. No es alta gastronomía, pero tampoco improvisación. Hay producto pensado para gustar, combinar y funcionar en grupo, algo clave cuando se sirve queso después de una comida larga, incluso como aperitivo. Y este año, el bloque de oveja es el que manda con novedades destacadas.
La estrategia es clara: sabores reconocibles, algún giro aromático y precios que permiten montar una tabla variada sin caer en el exceso. Entre las novedades y los ya habituales, estos son algunos de los quesos que mejor encajan para servir en Navidad sin complicarse la vida más de la cuenta.
Pesto y parmiggiano
La novedad llamativa de esta Navidad es el queso de oveja con parmesano y con pesto, una pieza pensada para romper el orden clásico de la tabla. Tiene un perfil más salino, con vetas verdes que aportan aroma a albahaca y un punto graso que recuerda a la cocina italiana más doméstica. Funciona bien como entrante y como postre de remate.
Con trufa
Un clásico de la casa. El queso de oveja con trufa sigue siendo uno de los más buscados. Su éxito (y reconocimientos) está en que no abruma: la trufa aparece de forma sutil, e integrada, sin eclipsar el carácter lácteo del queso. Es una opción segura para quienes quieren un toque festivo sin dividir opiniones en la mesa.
Con ajo negro
Más sorprendente resulta el queso de oveja con ajo negro, una combinación que podría parecer arriesgada pero que funciona mejor de lo esperado. El ajo negro aporta dulzor y notas tostadas, alejadas del ajo crudo, y convierte este queso en una pieza interesante para quienes buscan algo distinto sin estridencias.
Con miel y orégano
En el juego de los contrastes, el queso de oveja con miel y orégano juega otra liga: la del contraste suave. Dulce, aromático y fácil de comer, suele desaparecer rápido de la tabla. Es especialmente agradecido para quienes no son muy queseros o prefieren sabores redondos, casi de postre, sin llegar a ser empalagosos.
Bleu Fou
Entre los azules, una novedad es Bleu Fou candidato a ganarse un sitio propio en muchas mesas navideñas por una razón sencilla: es un queso azul amable. No busca imponer carácter ni limpiar senos a la primera de cambio, sino aportar contraste sin romper la armonía de la tabla. Su textura cremosa y su punto de sal contenido lo hacen más accesible para quienes normalmente esquivan los azules clásicos.
A la hora de servirlos, tanto unos como otros, conviene no complicarse: sacar los quesos de la nevera con antelación, cortar piezas pequeñas y acompañar con pan neutro. Nada de mezclarlos todos a la vez. Cada uno tiene su momento y, bien presentados, estos quesos de Lidl cumplen con solvencia su papel navideño sin levantar sospechas ni debates innecesarios.
Foto | Joana Costa
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