Estos son los dos trucos de Martín Berasategui para mejorar el clásico hummus de garbanzos sin esfuerzo y sin gastar de más

El hummus ha adelantado por la derecha a muchas de las grandes recetas de garbanzos de la cocina española. Hay poco que objetar, claro. Es rápido, fácil, barato y sencillo de comer, algo donde no se puede competir generalmente con nuestros platos de garbanzos, como son los cocidos.

Hay excepciones como el morrococo (o garbanzos mareaos), típicos de Jaén, que se parece bastante a un hummus, pero con salsa de tomate y sin el tahini. Aparte de eso, en uno de los recetarios más recientes de Martín Berasategui hemos visto una forma de tunear el hummus de garbanzos haciéndolo más completo y más sabroso.

Y sí, sin gastar de más. O no mucho más, para ser precisos. Tal y como figura en el libro de cocina Más de 100 recetas adelgazantes pero sabrosas, que Berasategui firmó en 2014 junto a David de Jorge dentro de la editorial Debate y de donde sacamos el par de pinceladas de la mejoría de la receta: ajo y atún en conserva.

La base de la receta es meter en una batidora americana los garbanzos, la pasta de sésamo, agua, comino, zumo de limón, aceite de oliva, sal, pimienta y, aquí está la primera parte del truco, un par de ajos fritos, no muy tostados, pero que den ese sabor y aroma.

Se tritura todo a conciencia y se guarda en la nevera y, cuando se vaya a servir, se pone una cucharada en una fuente, haciendo una especie de pozo en el centro, poniendo allí unos cuantos garbanzos enteros, una lata de atún al natural desmigado y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, además de un toque de pimentón.

Además de esto, Berasategui y David de Jorge dejaban otro detalle para el pan de pita: refregarlo con aceite de oliva, pringarlo con hojas de romero frescas y llevarlo al horno sobre una bandeja, sirviendo el pan de pita caliente a la hora de comer el hummus.

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