
Es una receta de pasta extremadamente simple que, sin embargo, consigue resultados estupendos en pocos minutos
Llegas a casa con el estómago hambriento porque apenas has tenido tiempo de almorzar algo a horas demasiado tempranas, y el cuerpo te pide algo rico, fácil, saciante pero que no sea pesado. A ser posible, rápido y barato, sin recurrir a precocinados. La solución siempre la ha tenido muy clara mi padre en esos casos: o se cocinaba unos huevos pericos, o sacaba el paquete de pasta que hubiera abierto.
La receta de espaguetis a la carbonara es demasiado compleja para esos días en los que solo quieres sentarte a cenar sin preocuparte de dar con la textura adecuada combinando yemas y agua de cocción, y quizá no haya ningún brick de nata para hacer la variante, más que digna, de carbonara con nata. En esos casos mi padre preparaba una pasta con salsa Alfredo, y aún la hace aunque esté jubilado; eso sí, no sabe que esta receta tiene tal nombre.
Solo hay dos ingredientes clave además de la pasta: mantequilla y queso. Entendiendo que cualquier despensa tendrá sal y pimienta negra, claro; en ese caso, suma ambos a la lista de la compra, pues la pimienta recién molida es esencial para darle el toque perfecto de aroma y sabor a este plato tan simple. Y si quieres que tenga el secreto especial de mi padre, ten a mano también pan rallado.
La salsa Alfredo se prepara en cuestión de minutos cociendo al dente, o un poco antes, una pasta larga cualquiera, mejor tipo fettuccine o tallarines, y mezclando parte del agua de cocción con mantequilla para fundir ambos componentes antes de combinarlos con una parte de queso tipo parmesano. Finalmente se combina todo con la pasta rápidamente y se sirve con más queso, mucha pimienta y pan rallado por encima, que añade un toque de textura fabuloso.
Simplísimo a más no poder, y apto para vegetarianos.
En DAP | Salsa carbonara
En DAP | Salsa boloñesa
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios