Lograr un pollo rebozado súper crujiente sin huevo es muy fácil si sustituyes la harina común por este otro ingrediente

A nadie le gusta un pollo rebozado correoso o blandengue. Aunque hay varias técnicas para lograr ese exterior dorado y crujiente, las más conocidas exigen un rebozado canónico que incluye pasar la carne por huevo batido. Pero si te has quedado sin huevos o, simplemente, prefieres ahorrarte un paso engorroso, prueba a sustituir la harina de siempre por otro ingrediente muy común con resultados sorprendentes.

Seguimos necesitando harina, pero ya no será harina común de todo uso. Es la llamada harina bizcochona la que oculta otro uso muy útil en la cocina, los rebozados y empanados. Este tipo de harina, que casi segurísimo encontrarás en cualquier supermercado o tienda de barrio, consiste en una mezcla de harina de trigo y uno o varios tipos de gasificantes. Es decir, lo que llamamos levaduras químicas o impulsores, como la levadura tipo Royal o el bicarbonato sódico.

En España se conoce como bizcochona porque está diseñada para que, preparando recetas de repostería como un bizcocho de yogur, no tengamos que añadir nosotros el impulsor o gasificante. Y resulta que esos gasificantes hacen maravillas en una receta de pollo rebozado cuando se somete a altas temperaturas y favorece la caramelización, el dorado tan rico y atractivo.

El pollo te quedará aún mejor si primero lo sometes a una salmuera básica, o si lo dejas macerando en leche una media hora en la nevera, lo que ayudará a que se adhiera la harina mejor. Salpimenta el pollo, rebózalo bien en la harina bizcochona y cocínalo a tu gusto, haciendo pollo frito corriente, pollo en freidora de aire o el horno. También es buena idea aderezar la harina con ajo o cebolla en polvo, orégano o pimentón, y puedes mezclarla con una cucharadita de maizena para potenciar aún más el efecto crujiente.

Imágenes | Freepik/wirestock

En DAP | Fingers de pollo

En DAP | Pollo estilo KFC