
Fácil y barata, es perfecta para meter proteínas sencillas que todos tenemos en la nevera a base de atún y huevo
Parece que la primavera se ha decidido a entrar en nuestras vidas con temperaturas generalizadas en toda la península y vamos pensando en comer fresquito, sano y rico.
Y claro, ahí entran las ensaladas y algunas, aunque no lo creamos, tienen tintes más regionales de lo que pensamos y es que hay mucha más vida aparte de la ensalada mixta, tal y como comprobamos con la piriñaca, un clásico de la cocina cántabra que lo único que nos exige es calentar un poco de agua para hacer unos huevos cocidos y unas patatas.
Más allá de eso, ni ciencia ni complicaciones: solo sabor. Si pensabas que la cocina cántabra solo era el territorio predilecto de las cucharas, las anchoas en salazón y las rabas, echa un vistazo a esta piriñaca que, como veis, tiene poco misterio.
Lo único que tenemos que hacer es cocer las patatas, mejor con piel y luego las pelamos y troceamos en cascos, pero podéis hacerlo con patatas peladas y ya cortadas, pero cogen demasiado agua y no quedan tan sabrosas.
Aparte cocemos unos huevos y luego, tras enfriarlos, los pelamos y cortamos en gajos. Con eso listo, solo tenemos que colocar las patatas frías por la base de una fuente o de un bol y ya incluimos sobre ella el resto de ingredientes que, normalmente, son tomates troceados, pimientos –verde y rojo–, cebolla en juliana y el aporte proteico del atún en conserva (puedes usar ventresca, o usar un atún en escabeche), unas cuantas aceitunas y los huevos duros.
Sazonas, aliñas, remueves ligeramente y a disfrutar de una ensalada que merece la pena que te guardes para verano, pues tiene pinta de playera y no exige prácticamente talento culinario.
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En DAP | Ensalada verde
En DAP | Ensalada de tomate
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