El zorongollo es un clásico de Extremadura a base de pimiento rojo asado, huevo y cebolleta
La gastronomía española, una de las mejores del mundo, está cuajada de nombres que nos pueden parecer un poquito raros en su recetario, pero que son sabrosísimos.
Uno de ellos es, precisamente, el zorongollo extremeño, que tiene muchas similitudes con el clásico asadillo castellano-manchego y que en esencia no deja de ser una sencillísima ensalada de pimientos asados.
No hay que confundirlo con el zarangollo murciano, que es completamente diferente, llevando como protagonistas al huevo batido y al calabacín, aunque los nombres se parezcan bastante.
Convertida en una de las recetas más habituales de la cocina doméstica extremeña, el zorongollo es, ni más ni menos, que una ensalada de pimientos asados.
Lo bueno es que puedes asar los pimientos con antelación y ya, al día siguiente, simplemente rematar la faena. Si empiezas desde cero, recuerda nuestras claves para hacer pimientos asados: lavarlos y asarlos enteros en horno precalentado a unos 200º C durante 35-45 minutos, hasta que esté la piel negra.
Después, se dejan sudar cubiertos con un paño o plástico para que se enfríen despegando la piel, y se pelan, desechando las semillas y los filamentos. De hecho, si tienes algún buen tomate, también lo puedes asar y añadirlo al zorongollo.
No obstante, lo habitual es que solo lleve tres ingredientes principales: pimiento asado y cebolleta fresca, bien cortada en plumas finas, y luego se corone con un poco de huevo cocido. Después solo tendrás que sazonarlo a tu gusto con sal, pimienta, vinagre y un buen aceite, mezclando todo bien –le sentará bien que lo hagas cuando aún está templado– y ya estará listo para comer.
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