Un clásico de la cocina cántabra que viene de perlas cuando los días de frío hacen su aparición
Quizá, con sus salvedades geográficas, el cocido sea realmente el único plato que hermana a toda España a la hora de entender la mesa. Es cierto que vivimos en un país sabroso y variado donde raras son las recetas que, realmente, se extienden de un modo similar por toda nuestra geografía con la salvedad de los platos de cuchara, mucho más homogéneos.
Precisamente lo que sucede con los cocidos que, con sus diferencias, son prácticamente iguales: garbanzos, carnes y alguna dosis vegetal para equilibrar. Pero no todos los cocidos de la cocina española tienen como legumbre estrella al humilde garbanzo. Algunos, pocos, tienen por protagonista a la alubia blanca, es decir, las populares judías.
Precisamente lo que sucede con el cocido montañés, uno de los grandes tótems de la cocina cántabra. Además de las alubias, las versiones más canónicas llevan una buena cantidad de berza, patata y, a partir de ahí, la parte cárnica con el clásico compango ahumado con morcilla, tocino entreverado y chorizo.
Misterio no tiene mucho, más allá de elegir buenos alimentos y tener un pelín de paciencia, pero si quieres conocer nuevas recetas de nuestro catálogo patrio y salir del puchero andaluz, del cocido madrileño o de la escudella, tienes en el cocido montañés la oportunidad de oro para hacerlo sin complicarte la vida.
En una olla grande con tapa, añade las alubias, una cebolla pelada y cortada a la mitad, un par de pimientos sin pepitas y cortados a la mitad y un par de zanahorias peladas.
Cubre con agua fría y lleva a ebullición para ir retirando la espuma y que suelte y, después, echa un pelín de sal y deja cocer las alubias a fuego medio bajo y tapadas durante hora y media.
Tras este tiempo, echas el resto del condumio: morcilla, chorizo, costillas adobadas, patatas chascadas y la berza, cortada en juliana, cocinando todo media hora. En ese punto, puedes desgrasar el cocido quitando la película roja que haya quedado arriba y también puedes, opcionalmente, retirar los pimientos y las zanahorias, para triturarlo y luego integrarlas de nuevo en el cocido.
Otro detalle es que, habitualmente, en una sartén aparte se hace una ajada de pimentón, que añadiremos también al cocido. Cuando notes que las alubias y las patatas están tiernas, rectificas de sal, dejas un pelín más de cocción y a disfrutar.
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