Aunque no es tan popular con la nori y la wakame, la variedad arame se distingue porque vez rehidratada tiene forma de pequeños fideos muy suaves
Las algas marinas son una maravilla de la gastronomía y la nutrición, especialmente en la cocina asiática. Aunque las variedades kombu y nori, son las más conocidas, están las arame también. Son todas comestibles y ofrecen beneficios para la salud, aún así, presentan diferencias significativas en su sabor, textura, usos culinarios y perfiles nutricionales.
El alga arame, conocida científicamente como Eisenia bicyclis, es una de las algas marinas comestibles más interesantes. Se distingue por su apariencia de finas hebras de color oscuro que, una vez deshidratadas, se asemejan a hilos. Se caracterizan por un sabor suave y ligeramente dulce, con un sutil dejo marino, lo que las convierte en una excelente introducción al consumo de algas para quienes no están familiarizados con ellas. Es muy amigable al paladar.
Origen y hábitat natural
El alga arame es nativa de las costas templadas del noreste de Asia, con una presencia significativa en Japón y Corea. Crece adherida a rocas en aguas poco profundas, formando densos bosques submarinos que son cosechados de manera sostenible. Su recolección es manual y laboriosa y, tras ser cosechada, se somete a un proceso de secado y a menudo a una cocción breve para suavizar su textura y realzar su sabor antes de ser empaquetada para su distribución.
Nutrición y beneficios para la salud
El alga arame es reconocida por su riqueza nutricional. Es una fuente significativa de minerales esenciales, incluyendo yodo, calcio, hierro, magnesio y potasio. Su contenido de fibra dietética contribuye a la salud digestiva y a la sensación de saciedad. Además, aporta vitaminas del grupo B, vitamina A y pequeñas cantidades de vitamina C. Los polisacáridos presentes en el alga arame, como los alginatos y fucoidanos, han sido foco de estudio en investigaciones por sus posibles propiedades antioxidantes y su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico.
Usos en la cocina
En la cocina, el alga arame es sumamente flexible. Antes de su uso, generalmente se debe rehidratar en agua fría durante unos 10 a 15 minutos; esto permite que aumente su volumen y recupere su textura tierna.
Generalmente, se puede ver el alga en ensaladas, ya que aporta una textura interesante y un sabor umami sutil. En salteados de verduras y woks, se integra bien con otros vegetales, absorbiendo los sabores de los condimentos. Sin dudas, en sopas y caldos añade profundidad de sabor, y también combina con arroz, quinoa o lentejas, enriqueciendo el perfil nutricional de cereales y legumbres. Una vez rehidratada, puede picarse finamente e incorporarse en salsas o aderezos para potenciar un hummus, mayonesa y directamente preparar un aceite infusionado.
En España, el alga arame no es tan común como otras variedades más populares como la nori o la wakame, pero aun así se puede encontrar en varios puntos de venta, especialmente aquellos especializados en productos ecológicos, asiáticos o de alimentación saludable. Algunos supermercados de gran tamaño, como El Corte Inglés o Carrefour, pueden tener arame en sus estanterías, quizás en la sección de alimentos internacionales.
Imagen | Foto 1: freepik
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