La carlota de durazno es un postre frío muy típico en México y se monta en un momento. Se usan duraznos en almíbar (melocotón en España) y queda fresca, cremosa y sin necesidad de horno. Esta receta está pensada para un molde redondo de 22 cm, y solo hay un detalle importante: la lima es fundamental para que coja la textura adecuada. El resto es mezclar, montar y enfriar.
La lima no está ahí solo por el sabor. Es lo que hace que la mezcla espese de forma natural. Cuando se junta con la leche evaporada, la nata y el queso crema, cambia la textura y la deja firme tras el reposo en la nevera. Si se omite, la crema queda más líquida y no consigue ese punto de “tarta fría” que buscamos, así que es importante no saltarse este paso.
Ingredientes
- Queso crema 300 g
- Leche condensada 370 g
- Leche evaporada 200 ml
- Melocotón en almíbar 480 g
- Zumo de lima 120 ml
- Galletas tipo María alrededor de 2 paquetes
- Nata líquida para montar 200 ml
- Galletas tipo María para la base, opcional 200 g
- Mantequilla para la base, opcional 90 g
Cómo hacer Carlota de durazno
- Tiempo total 45 m
- Elaboración 45 m
Para la base opcional mezcla 200 g de galletas María trituradas con 90 g de mantequilla derretida, pon la mezcla en el fondo del molde redondo y presiona bien hasta dejarla compacta. Déjala en la nevera unos 30 minutos para que quede firme. Si no quieres usar base, podrás empezar directamente con una capa fina de crema más adelante.
Mientras la base se enfría, escurre bien los melocotones para retirar el almíbar y tritúralos. Para la crema, bate el queso crema hasta que quede liso, añade la leche condensada y mezcla. Incorpora la leche evaporada y la nata fría, y cuando la mezcla esté uniforme, agrega el puré de melocotón y mezcla hasta integrar.
Añade después el zumo de lima, vertiéndolo poco a poco mientras bates. Verás que la mezcla se vuelve un poco más densa y cremosa. En cuanto notes ese cambio, deja de batir.
Con la crema lista, empieza a montar la carlota. Si usaste base, añade la primera capa de crema sobre ella. Si no, pon una capa fina de crema directamente en el fondo del molde. Coloca una capa de galletas María (puedes mojarlas en el almíbar) y acuérdate de poner algunas también en el centro para que esa parte no se hunda al cortar. Sigue alternando crema y galletas hasta llenar el molde, terminando siempre con crema.
Cubre el molde con film y deja reposar en la nevera toda la noche para que coja su textura final. Al día siguiente estará firme, fresca y lista para servir. La decoración es completamente opcional. Yo he optado por cortar más melocotones en almíbar y añadir un poco de galleta triturada en el borde. Para esto solo tienes que escurrir bien unas cuantas rodajas de melocotón, cortarlas en láminas finas y colocarlas encima de la tarta. Finalmente ya puedes desmoldar y servir.
Con qué acompañar la carlota de durazno
Este postre es ideal para terminar una comida copiosa, pues no es tan contundente como otras elaboraciones. Se puede acompañar de té o café, un vino dulce (el moscato le va de maravilla) o una limonada, si buscamos algo más refrescante.
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