Ser práctico al planificar tu picnic es esencial para disfrutar de la naturaleza y la compañía
Un picnic exitoso comienza mucho antes de extender la manta en el parque, y la clave está en una buena planificación. Para un menú vegano, es esencial elegir preparaciones que resistan bien el transporte y que no se estropeen con el calor, que conserven su frescura y textura una vez cortados, o que puedan llevarse enteros para una rápida preparación sencilla en el lugar de destino.
Por ello, lo mejor es optar por platos que se puedan comer fríos o a temperatura ambiente y que sean fáciles de transportar. En esta categoría se incluyen las ensaladas de pasta o con otra base de cereales o productos similares, como la versátil quinoa, la tabulé o las ensaladas de arroz, wraps rellenos y compactos, sándwiches de vegetales o hummus en el relleno, y muffins salados de boniato.
Es importante evitar ingredientes que se estropeen rápidamente, como el aguacate o la lechuga, a menos que los transportes por separado y bien protegidos. Un buen truco es preparar las salsas y aderezos aparte, en recipientes herméticos para añadirlos justo antes de comer, manteniendo así la frescura de los platos.
Un menú veggie completo y atractivo
El menú de un picnic vegetal no tiene por qué ser aburrido, es más, puede ser variado, colorido y atractivo. Hay que desterrar la idea de que nos tenemos que conformar con cualquier ensalada aburrida que llega reblandecida al picnic y sin gracia. Y pueden ser platos muy completos que nos dejen bien saciados sin pasar hambre, sin dejar de apostar por digestiones ligeras que eviten la pesadez.
Para empezar, un hummus de remolacha es una excelente alternativa al clásico: su color rosa es muy atractivo y su sabor dulce combina a la perfección con crudités de zanahoria, pepino y apio o con galletas saladas de cúrcuma. Otra idea fantástica son los tacos de lechuga con verduras y soja texturizada que se preparan con antelación y son muy fáciles de comer con las manos. También los champiñones al horno aderezados con hierbas y un poco de ajo son una buena apuesta para llevar de picoteo. Estos aperitivos se transportan sin problemas y son ideales para abrir el apetito.
Para el plato principal, el éxito está en elegir opciones que sean saciantes y que se mantengan frescas. Una ensalada de patatas es una apuesta segura: por ejemplo, se puede preparar con patatas cocidas, cebolla, pimientos, aceitunas y judías verdes, todo aliñado con una mayonesa vegana. También pueden ser unos tacos veganos de garbanzos y soja o burritos con un toque de lima y cilantro, envueltos en papel de aluminio para que se mantengan firmes.
Como opción más contundente entre panes, un sándwich de tofu con especias o en su versión asiática de tofu katu sando cumplen el cometido escapando de las rutinas aburridas. Lo mismo que elaborar versiones pequeñas de una quiche vegana, en formato individual, ya que se pueden comer de un solo bocado y no requieren cubiertos.
Deja sitio para el postre
¿Estabas pensando en llevar solo unas piezas de fruta? Son la opción más obvia cuando se sale a comer de picnic o excursión, más aún en un menú vegetal, pero no tenemos por qué limitarnos a ello.
No hay nada mejor que llevar algo de repostería casera que viaje bien, como unas galletas de avena y plátano, las infalibles galletas de naranja, unos jugosos muffins de limón o los más golosos pastelitos veganos de chocolate, que se transportan con facilidad y cumplen el antojo de dulce sin complicaciones. Es mejor llevar dulces individuales fáciles de repartir, separados con porciones de papel de horno, cápsulas de papel o servilletas, y en un recipiente bien hermético que los proteja del calor.
También se pueden preparar postres en vasitos, por ejemplo de yogur de coco o con otra alternativa vegetal, coronados con granola y frutos rojos, empacando los ingredientes por separado para que la granola se mantenga crujiente, si tienes neveras portátiles o bolsas refrigeradas. También es una buena opción la tarta de queso vegana en vasitos. Las brochetas de frutas con sandía, melón, fresas y uvas son siempre un éxito, ya que son coloridas, refrescantes y fáciles de compartir, o podemos llevar una buena macedonia.
Para beber, la lista de opciones que podemos preparar también es interesante y variada, desde una limonada casera con un toque de menta fresca, a un surtido de aguas de verano o una refrescante agua de Jamaica con rodajas de naranja. Estas bebidas son ideales para hidratarnos y acompañar el banquete con sabores frescos.
Además de la comida, no olvides un kit de utensilios reutilizables de platos, vasos, cubiertos y servilletas para mayor comodidad. Un lindo mantel y bolsas de basura son esenciales para dejar el lugar limpio al irse, siempre como lo encontraste.
Imagen | Freepik
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