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Cómo detectar que un niño es intolerante a la lactosa

Cómo detectar que un niño es intolerante a la lactosa
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Como todos ya sabemos, la intolerancia a la lactosa consiste en una alteración del sistema digestivo, concretamente el intestino, que se ve incapaz de digerir correctamente la lactosa, un azúcar que forma parte de la leche. Se trata de una condición que se manifiesta sobre todo en la edad adulta, pero también puede presentarse en la infancia. A veces nos olvidamos de que un niño también puede ser intolerante a la lactosa, y por eso conviene que tengamos presentes algunos consejos para poder detectarlo correctamente.

Ya hemos hablado de cómo podemos afrontar con soluciones prácticas en la familia que un niño sea intolerante a la lactosa, con recomendaciones sobre la actitud a adoptar y cómo enseñar al pequeño a convivir con su condición, para que pueda controlar su alimentación por sí mismo incluso si los padres no están presentes. Pero, ¿sabemos cómo identificar que un niño es intolerante a la lactosa?

Síntomas frecuentes

Cómo detectar que un niño es intolerante a la lactosa

No hay duda de que el mejor modo de alimentar a un recién nacido o a un niño durante los primeros meses de vida es mediante la leche materna, pues es el alimento básico de todos los mamíferos ya que resulta completo nutricionalmente. La leche de la madre tiene un alto contenido en lactosa, por lo que los pequeños normalmente están preparados para digerirla sin problemas, y la mayoría continuará así al menos durante los años de su infancia y adolescencia.

Sin embargo, cada vez se detectan más casos de intolerancia a la lactosa en niños. Debido a que no es una condición muy frecuente en la infancia, conviene estar alerta ante al menos signo de que algo no va bien, para evitar confundir la intolerancia con otras causas que nos lleven a error y nos impidan tomar medidas tempranas.

Los síntomas más frecuentes del déficit de lactasa son flatulencia, dolor punzante, hinchazón o distensión abdominal, incomodidad general, diarrea y náuseas, y pueden aparecer poco después de una comida o incluso varias horas después. En el caso de los niños más pequeños hay que estar muy al tanto ya que todavía no saben reconocer o expresar que se encuentran mal. En cualquier caso, si un niño rechaza la toma de leche, podemos considerarlo como el primer signo de alarma.

Modos de actuar

Cómo detectar que un niño es intolerante a la lactosa

Si hemos identificado uno o varios de los síntomas descritos en el infante tras la toma de productos lácteos, a continuación debemos concretar a qué se debe el rechazo de la leche por parte de su organismo. Y es que la intolerancia a la lactosa, especialmente en los niños, puede presentarse debido a distintas causas.

Como hemos señalado, la gran mayoría de recién nacidos no tiene ningún problema a la hora de digerir la leche, pero pueden surgir problemas a medida que el niño crece, sobre todo a partir de los tres años. En muchas ocasiones la intolerancia se presentará de forma transitoria, derivada de otras afecciones: una reacción alérgica, agresiones intestinales bacterianas o virales, celiaquía, parásitos o enfermedades como la de Crohn, pueden causar una deficiente digestión de la lactosa.

Cuando un niño presenta síntomas de intolerancia, hay que retirar de la dieta todos los productos lácteos y sustituirlos por sus equivalentes vegetales o por lácteos sin lactosa, como la gama morada que ofrece Kaiku. Es muy importante no limitarse a eliminar los lácteos de la alimentación de los niños, debemos sustituirlos por productos que sí puedan digerir, ya que son una de las bases fundamentales en la nutrición durante la infancia.

Si el problema es temporal, cuando la causa mayor de rechazo de la lactosa se solucione, el niño podrá volver a consumir lácteos pasadas unas semanas o algunos meses, aunque con el hábito de tomar productos sin lactosa evitamos tener que someter al niño a pruebas que puedan causarle malestar. En cualquier caso, es conveniente acudir a profesionales sanitarios para concretar la causa específica.

Precauciones generales

Cómo detectar que un niño es intolerante a la lactosa

A la hora de abordar el tema de la alimentación infantil, ante todo, hay que estar muy atentos y aplicar el sentido común. Si un niño rechaza la leche y otros productos lácteos, o percibimos que sufre molestias generales después de comer, hay que intentar identificar el problema. Es importante no confudir los síntomas de una intolerancia o problema digestivo con las posibles rabietas típicas de los niños, y ahí entra un poco la intuición de los padres.

Como precaución inicial, si pensamos que puede hacer una intolerancia a la lactosa, podemos retirar de la dieta los productos conflictivos durante unas dos semanas. Al reintroducirlos poco a poco, podremos tener una idea más clara de si realmente el niño es intolerante o sufre otro malestar, ante cuyo caso siempre es recomendable acudir al médico para se le diagnostique con propiedad.

Lo importante es mantener una vigilancia constante a la alimentación de los pequeños, pero sin caer nunca en obsesiones que puedan causar situaciones de estrés o preocupación perjudiciales para la familia. El propio niño nos hará saber qué le sienta bien y qué no, aunque sea sólo observando su comportamiento. Hay que procurar no forzarle a comer nada que podamos intuir que le resulta perjudicial.

En el caso de la intolerancia a la lactosa hay que vigilar el consumo de productos lácteos y equivalentes ya que son la base de una buena nutrición infantil. Productos sin lactosa como la gama morada de Kaiku resultan ideales en estos casos, ya que no sólo mantienen las propiedades de la leche, sino también todo su sabor, haciendo mucho más sencillo que sean aceptados por el gusto de los más pequeños.

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Liliana Fuchs

Liliana Fuchs es una joven murciana que se trasladó a Madrid después de licenciarse en Historia de arte. Hace años le detectaron intolerancia a la lactosa pero eso no ha impedido que siga disfrutando de una de sus pasiones, la cocina rica y saludable. Actualmente es editora en Directo al Paladar

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