Joana Costa
EditorNo hace falta buscar productos milagrosos ni añadir más químicos a la colada. A veces, lo más eficaz está en la cocina. El bicarbonato de sodio, ese polvo blanco con fama de multiusos, tan socorrido en limpieza, también es un aliado discreto pero poderoso en la lavadora doméstica.
Uno de sus mayores beneficios es neutralizar los olores. Añadir media taza de bicarbonato al tambor elimina restos de sudor, humedad o moho. Es especialmente útil en ropa de deporte o toallas. No perfuma, pero deja un olor limpio, sin fragancias artificiales intensas, la que muchos suavizantes tienen.
También actúa como potenciador del detergente. Combinado con tu detergente habitual, ayuda a disolver mejor la suciedad y suaviza el agua, lo que mejora la eficacia del lavado. Así se consigue una limpieza más profunda con menos producto y menos residuos.
Si lo que buscas es eliminar manchas difíciles, puedes hacer una pasta con bicarbonato y agua, aplicarla sobre la prenda antes del lavado y dejar actuar unos minutos. Funciona bien en cuellos, axilas o manchas de comida. Es económico, sencillo y bastante eficaz.
Otro uso poco conocido es como sustituto del suavizante. Añadir una cucharada de bicarbonato en el compartimento del suavizante deja la ropa más blanda, reduce la electricidad estática y evita residuos que los suavizantes comerciales suelen acumular con el tiempo.
Para el mantenimiento de la lavadora también sirve. Poner un ciclo vacío con agua caliente y una taza de bicarbonato limpia el tambor, elimina olores y desinfecta de forma natural. Es ideal para evitar acumulaciones de jabón y prevenir el mal olor persistente.
Un complemento, no un detergente
No obstante, hay que tener en cuenta que el bicarbonato no sustituye al detergente en lavados muy sucios. Es un complemento, no un reemplazo total. Y no conviene usarlo en exceso: una cucharada por carga es suficiente para evitar efectos abrasivos sobre tejidos.
Funciona mejor con agua caliente, ya que se disuelve por completo y actúa más rápido. En lavados fríos, es recomendable mezclarlo antes con un poco de agua caliente.
Al final, el bicarbonato es barato, seguro y eficaz. Sirve para la ropa, la máquina y hasta el olor del armario. Un aliado discreto que merece un hueco fijo entre los productos de limpieza. Porque a veces, lo simple es lo que realmente funciona.
Foto | RDNE Stock project
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