Bea Orviz Tjiang
EditorEl pan de yuca es muy típico en la costa de Ecuador y también tiene su versión en Colombia, donde se le llama pan de queso, y su versión brasileña que se llama pão de queijo. La idea es sencilla: una masa hecha con almidón de yuca y queso que se hornea en pequeñas bolitas. El resultado es un panecillo ligeramente elástico por dentro y muy sabroso. No lleva gluten y lo bueno es que se puede comer tal cual o abrirlo y rellenarlo con lo que quieras.
Son muy fáciles de preparar, la masa se monta en un momento y en menos de 20 minutos tienes pan recién hecho en la mesa. El almidón de yuca (también conocido como almidón de tapioca o fécula de mandioca) lo puedes encontrar en tiendas de productos latinoamericanos, en supermercados asiáticos e incluso en locutorios donde venden alimentos importados.
Precalienta el horno a 180 °C. Mezcla en un bol el almidón con el polvo de hornear. Añade el queso rallado, el huevo, la leche y la mantequilla derretida. Amasa hasta que todo quede bien integrado.
Haz bolitas de unos 35–40 g y colócalas en una bandeja con papel de horno. Hornea durante 10–15 minutos. Sácalas cuando aún estén claras, sin que lleguen a dorarse demasiado. Así quedan tiernas y con la textura perfecta.
Con qué acompañar el pan de yuca
Lo clásico es tomarlos con un yogur o con un café capuccino caliente, pero no te limites a eso. Si los abres por la mitad, puedes rellenarlos con aguacate, jamón y queso, pollo desmechado o incluso algo dulce como mermelada o una golosa crema de cacao. Son muy versátiles y se prestan a improvisar con lo que tengas en la nevera.
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