El fenómeno gastronómico del Final Fantasy VII Remake Cafe abre sus puertas en Japón

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¿Te apetecería un batido o comer platos inspirados en Final Fantasy VII Remake, el juego de rol japonés que marcó a toda una generación? Sí, sí, créetelo porque se han hecho realidad a través de un café pop-up que busca evocar sensaciones similares a las que sentirían sus personajes, Cloud Strife, Tifa Lockhart y Aerith Gainsborough, al darse un buen banquete tras la feroz batalla.

Un café donde los usuarios pueden probar el juego de manera gratuita mientras esperan turno. Y existen varias opciones: los Square Enix Cafe de Tokyo —al lado de la estación de Akihabara—, el de Osaka (Japón), el ARTNIA de Shinjuku o incluso en el Watanabe Coffee de Singapur.

¡A comer!

Comida Real

Con un hilo musical compuesto por piezas orquestales de la propia banda sonora de esta reedición del FFVII, se trata de un sueño hecho realidad para los fans, pero también una oportunidad gastronómica para cualquier paladar curioso. Tal vez no puedas viajar en tren a Midgar, la ciudad donde se dibujan las aventuras del Cloud y compañía, pero al menos vas a poder apreciar algunos de sus sabores en el mundo real.

La primera ronda de menús se compuso por tres platos: el Set Yakiniku, un combinado clásico exportado a todos los rincones del mundo. Un bol de arroz blanco, una sopa de miso, carne de cerdo a la brasa acompañado de col china y otros vegetales (rábano rosa). Un risotto con albahaca y tomate asado fue el segundo plato. Y también tenemos los Xiao Long Bao, dumpling chinos rellenos de sopa hervidos al vapor, perfectos para entrar en calor y coger energía.

La segunda ronda incluyó los siguientes cuatro platos: un set de Sashimi, un Wall Market’s Yakisoba, unos huevos con patatas fritas y el Moogle Sweet Mouse. El primero sigue la línea del set Yakiniku, con una variedad de carne, verdura, sopa de y miso y arroz en blanco.

El Yakisoba no esconde mucha ciencia: tallarines fritos con gambas, sepia, zanahorias, col y cebolla. El Seventh Heaven's Eggs & Chips o “patatas gratinadas con huevo” para los amigos, huelen desde aquí a riquísimo —aunque no son lo más sano para una dieta—. Nada más sencillo, nada más efectivo.

Y por unos pocos guiles podemos hacernos con el Moogle Sweet Mousse, compuesto por un pastel dulce en forma de moguri —una de las mascotas clave de la saga—, decorado con golosinas y una base similar a la crema pastelera de vainilla. Además, cada plato se completa con una ración de fruta fresca —kiwi, fresas, mango— y un macaron, el clásico de la gastronomía francesa e italiana que puedes aprender a elaborar aquí mismo.

Ronda de postres (y bebidas)

Y el dulce convocará a la sed, como es obvio. La mejor forma de saciarla es con alguna de las bebidas que acompaña el menú. Todas las bebidas se inspiran en los personajes clave. La carta presenta nueve alternativas a elegir, con una oferta que va desde batidos a un, presumiblemente, whisky japonés —maestros de esta bebida—.

  • El primer lugar, el “Cloud” es un batido basado en zumo de piña, limón y fondo con semillas de guaraná, acompañado de una galleta en forma de espada —la icónica Espada Mortal o Buster Sword en inglés, totalmente comestible, claro—.
  • El “Aeris” viste el característico color del personaje y es un cóctel sin alcohol decorado con una flor de pensamiento.
  • El “Sephiroth”, eterno némesis del protagonista, también se cumplina con su masamune, la katana más icónica del juego.
  • El “Tifa” es sencillo pero efectivo, como el personaje que le da nombre: base de mermelada, batido y nata con caramelo de colofón.
  • El vaso “Turks” esconde bajo su sobria apariencia un café latte bien calentito blasonado con el emblema oficial de la compañía Shinra, la megacorporación ficticia de Final Fantasy VII Remake encargada del control y gestión energética de todo el planeta.
Bebidas

Eso sí, de la compañía Shinra también podemos esperar algo más fuerte. Además del Mako, Midgar y el dulce Don Corneo, la bebida de la Shinra Company contiene alcohol. Los coleccionistas del juego se alegrarán al ver que todas las bebidas vienen preparadas sobre una alfombrilla o posavasos decorados con motivos de los personajes oficiales. A saber: Cloud, Aeris, Tifa, Barret y Sephiroth. Y sí, te las puedes llevar a tu casa.

Junto con algunas prendas como la chaqueta Shinra oficial, vasos, parches e incluso caramelos de menta, los devotos del juego tienen memorabilia para aburrir.

El poder de la narrativa emergente

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Si algo cuidan en el equipo de desarrollo es su apabullante aspecto estético. En pleno 2020, Final Fantasy VII Remake se erige como un bastión visual, donde sus platos y restaurantes son parte de la narrativa emergente del juego.

Solo hace falta que echar un ojo a las capturas que traemos del Wall Market, un barrio del propio juego donde podemos deambula por su centro comercial, con locales como el The Diner, el cual vende platos basados en barbacoa coreana, sushi clásico, baozis chinos al vapor o gyozas fritas y aderezadas con salsa especial. Vale, son solo un puñado de píxeles, pero se nos hace la boca agua.

De los espaguetis en ‘La dama y el vagabundo’ a las albóndigas de ‘El Padrino’, pasando por cierta ratatouille o los tomates verdes fritos, la tradición culinaria en el audiovisual es importantísima y ha logrado derribar fronteras culturales. La industria del videojuego no se queda atrás —más bien al contrario, y la saga Final Fantasy es reconocida incluso por inventar deportes como el Blitzball o las carreras de Chocobos—.

Durante generaciones, estos afluentes culturales se reducían al merchandising, las guías de trucos y la memorabilia básica —desde figuras de acción y vinilos con la BSO a pósters de tus personajes favoritos—. Contar con un café que presente platos inspirados o directamente extractados de Final Fantasy VII Remake supone un salto de gigante en cuanto a inmersión.

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Con los años, la serie ha ido evolucionando de aquellos píxeles a grandes epopeyas con personajes icónicos. Solo hace falta asistir a una feria de videojuegos para toparse con algún cosplay profesional de Cloud o Tifa. Una saga en la que siempre hay algún gourmet, del Zell cocinillas de FFVIII al Ignis convertido en chef de FFXV, sin olvidar los muchos guisos y brebajes espirituosos que copan el menú de ítems de todos los juegos.

Quien sabe, tal vez el Square Enix Cafe solo sea un primer paso hacia los restaurantes especializados en hacer realidad comida de videojuegos. Aunque nos tememos que aún las técnicas y la materia prima han de alcanzar cierta vanguardia. Queda bastante para degustar las hiperpociones o los elixires mágicos que restauran la vida al completo.

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