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9 escenas de película que no serían lo mismo sin un helado

9 escenas de película que no serían lo mismo sin un helado
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Bendito el día en que comer helado se convirtió en un placer para todo el año. Hasta hace poco salir a tomar un helado era un ritual fascinante de cada verano, de los días de vacaciones y playa, de las noches paseando al lado del mar, o simplemente un postre para celebrar que hoy es hoy. Un viaje en familia nunca hubiese sido lo mismo sin comer helado todos juntos casi cada día. Y no, no es solo nuestra imaginación. Según un estudio del Instituto de Psiquiatría de Londres, al comerlo se activan las zonas del cerebro que provocan el placer.

¿Qué será, será lo que tiene el helado? Un solo alimento tiene en sí el poder de consolarnos, refrescarnos, deleitarnos, ponernos cariñosos, hacernos caer en la tentación y sentir que nos merecemos un premio. Nunca otro alimento tuvo tantas formas, colores, sabores y, sobre todo, tanta magia. Como todo lo que vale la pena en esta vida, los helados tienen un lugar especial en el cine porque hay escenas míticas que sin nuestro postre especial no tendrían ningún sentido.

Kramer contra Kramer, el helado de la discordia

Si en el Jardín del Edén hubiesen tenido helados, está claro que Eva no hubiese tentado a Adán con una manzana. En el drama de divorcio Kramer contra Kramer, Billy, el hijo de Dustin Hoffman y Meryl Streep, se arriesga a desatar la cólera de su padre por querer comer helado en vez de terminarse la cena que este le ha preparado. ¿Os imagináis que un niño haría enfadar a un padre si la tentación no fuera tan grande? ¿La escena sería posible cambiando el helado por un simple plátano? Es simplemente irresistible.

Princesa por sorpresa, a golpe de helado

Un helado no solo puede servir para provocar a un padre, también para descargar tu ira contra tu peor enemigo. Atacar con un helado es la versión adolescente de echar una copa de vino a la cara. En Princesa por sorpresa, Lana Thomas vive la peor pesadilla de la reina del instituto, cuando la pringada de turno, la futura princesa Mia Thermopolis, le estampa un helado manchando su vestido de cheerleader. No nos podemos imaginar otro alimento tan humillante y pringoso.

Vacaciones en Roma, helado con sabor a libertad

Sí, los helados son un placer del que incluso la realeza disfruta, tanto las princesas que no saben que lo son, como las que lo son y no quieren que se sepa. Este último era el caso de Audrey Hepburn en la película Vacaciones en Roma en la que se hace pasar por una plebeya de nombre Anya Smith para poder disfrutar de Roma (y de Gregory Peck) sin la inconveniencia de los guardaespaldas y las visitas oficiales. Su gran felicidad al sentirse libre se disfruta mejor tomando un helado en la escalinata de la Plaza de España.

Solo en casa 2, helado de lujo

Que la libertad sabe helado es algo que te podría decir cualquier niño. Sin nuestros padres obligándonos a comer verduras y pescado, ¿qué es lo que hubiésemos comido todos los días del año? Obviamente, helado. Y eso mismo es lo que hace Kevin McAllister cuando su familia se vuelve a olvidar de él (¿en serio?) y se queda a pasar las Navidades en el Hotel Plaza de Nueva York: comerse un helado triple con toda clase de toppings tumbado en una cama king size. No ice cream, no party.

Inocencia interrumpida, el día del helado

Para las chicas de la institución psiquiátrica de Inocencia interrumpida, el día que van a la heladería todas juntas es el mejor de la semana. Y es que cuando todo va mal, un helado puede llegar a ser un gran consuelo. Quizás no solucionará tus problemas pero hará que lo veas todo de otro color. En la película, Angelina Jolie aprovechaba para incomodar al camarero y hacer reír a sus compañeras antes de sentarse a intercambiar cotilleos delante de sus postres favoritos.

Forrest Gump, helado para las heridas

Como nos demostraron Forrest Gump y el Sargento Dann, la amistad profunda no es solo entre chicas y es importante tener un amigo que siempre encuentre el lado positivo incluso a la peor situación. Y así es Forrest. Aún herido de guerra, era capaz de alegrarse porque en el hospital le daban todo el helado que pedía. ¿Y a quién no le alegraría eso? Incluso el sargento tiró adelante a fuerza de cariño (y de helados).

El diario de Bridget Jones, helado y el corazón roto

Si fueses al médico a contarle tu caso de corazón roto, está clarísimo que saldrías de la consulta con una receta para un buen bote de helado y en vez de a la farmacia tendrías que irte directo al súper. El helado es un clásico para el desamor pero es que pocas cosas pueden levantar el ánimo después de una ruptura amorosa. Bridget Jones supera sus fracasos en el campo del amor con música triste y cucharadas de helado. Y al final no le sale tan mal.

Qué bello es vivir, amor helado

Y si un helado es bueno para el desamor, imaginaos cuando hay amor de verdad. Olvídate de los anillos, los ramos de rosas y las cajas de bombones, las mejores declaraciones de amor deberían incluir siempre un buen helado. En Qué bello es vivir, Mary Hatch va a la cafetería donde trabaja su amigo George solo para decirle lo mucho que le quiere (y acompañar tanto sentimiento con un postre que esté a la altura).

El cuaderno de Noah, el helado como arma secreta

De todas las cosas maravillosas que se pueden hacer con un helado, convertirlo en un beso es la mejor. Si alguna vez has besado a alguien con helado en los labios, seguro que aún lo recuerdas y los vas a recordar por los siglos de los siglos, amén. Esa era la estrategia de Allie en El cuaderno de Noah para poder besar a Ryan Gosling sin parar: helado en la cara y al ataque. Como te entendemos Allie, ¡y qué buena idea! Ya sabes, un helado puede ser el principio de una gran historia de amor.

Te imagines la situación que te imagines (incluso cuando estás de bajón), siempre será mejor si añades un helado a la ecuación. Piensa en tu sabor favorito y añádele toppings, besos, largas charlas, tus mejores amigas o una hamaca a la sombra, o simplemente un postre a solas o en familia. Hay mil maneras de disfrutar de una helado y te las contamos todas en el espacio Carte d'Or. ¡Que nunca falte un helado en tus mejores momentos!

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