El "universo albóndiga" es de lo más amplio y versátil. Da muchísimo juego en la cocina, ya sea por las mezclas que podemos usar como base (carnes, pescados, mariscos, panes,...) como por las salsas con las que las podemos acompañar. Con ingredientes muy básicos hoy he preparado unas albóndigas de pollo con salsa de limón que han quedado soberbias.
Yo he picado un par de pechugas de pollo que tenía a mano, pero este paso os lo podéis saltar si compráis la carne ya picada (que es mucho más cómodo). Es importante usarla inmediatamente para reducir el riesgo de contaminación, bacterias y otros bichos, pero con un poco de organización este asunto está más que superado.
La cosa consiste en mezclar la carne de pollo con jamón picado y condimentos varios (que podéis adaptar a lo que tengáis en casa), bolear, enharinar y freír. La salsa se hace sobre las albóndigas listas, lo que resulta comodísimo y nos ahorra ensuciar una cacerola de más. Os cuento más detalles a continuación.
Mezclamos el pollo picado con el jamón serrano, el parmesano rallado, el diente de ajo rallado, el perejil finamente picado, el pan rallado, la leche y sal al gusto. Mezclamos bien para integrar todos los ingredientes y obtener una masa homogénea.
Formamos bolas con la masa y las pasamos por harina de trigo (también podemos usar harina fina de maíz). Las freímos en una sartén con un poco de aceite de oliva. Tienen que quedar selladas por todos lados, pero no hace falta que estén bien cocidas por dentro.
Agregamos el vino blanco y dejamos evaporar el alcohol. Después incorporamos el caldo, el zumo de limón y un poco de su ralladura. Llevamos a ebullición y cocemos a fuego medio unos diez minutos. Si queremos espesar la salsa, espolvoreamos un poco de harina de maíz o de trigo por la superficie y dejamos cocer unos minutos más.
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Con qué acompañar las albóndigas de pollo con salsa de limón
Personalmente, no concibo un plato de albóndigas sin una guarnición de arroz blanco a su vera y así es como han caído estas de pollo con salsa de limón. Una alternativa más que aceptable es el puré de patatas, tan socorrido y tan buen compañero de guisos con salsas. Acompáñalas de mucho pan, lo vas a necesitar.
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