Hemos descubierto una Barcelona diferente en coche eléctrico: 12 lugares para disfrutar y saborear alejados del turismo

Esta ruta por Barcelona demuestra que un coche como Renault 4 E-Tech eléctrico puede ser un gran aliado para hacer un turismo diferente en la ciudad

Ruta por Barcelona en coche electrico
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El R4 es el tren de cercanías que utilizo cada día para ir a Barcelona a trabajar. Por eso me hizo gracia cuando me propusieron utilizar un R4 para un fin de semana diferente en la Ciudad Condal. Me refiero efectivamente al recientísimo Renault 4 E-Tech eléctrico, un modelo ideal para lo que queríamos hacer: movilidad urbana pero versatilidad para salir a autopista y moverte por la provincia.

Nosotros a Barcelona no vamos casi nunca en coche, por lo que tampoco solemos ir a sitios a los que no llega el metro. Por eso vimos una oportunidad única para conocer esa Barcelona más alejada del turismo masivo, (y de paso visitar varios restaurantes que había fichado). Y yendo con un coche eléctrico, nos beneficiamos de las ventajas que nos aporta la ciudad: entrar en zonas restringidas al coche térmico, aparcar más barato en zona azul y verde, circular por el carril VAO…

Un coche eléctrico para ir más allá de la ciudad

Renault 4 E-Tech eléctrico Pasado y futuro

Cuando recogimos nuestro Renault 4 E-Tech eléctrico (en el concesionario de Esplugues de Llobregat, donde su equipo nos trató de maravilla), me esperaba un coche más “tipo furgoneta”, como el R4 original que recuerdo de mi abuelo. Ya sabía que la nueva versión estaba totalmente rediseñada, pero en persona se ve más deportiva, aventurera, e incluso futurista.

Alejandro, el asesor que nos atendió, nos contó que Renault había querido reeditar la versatilidad del R4 original como “coche-para-todo”. Hemos podido comprobarlo en nuestro pueblo del Penedès, metiéndonos por las calles estrechas y empinadas o entre los caminos de viñas. Pero también a la hora de recorrer los 60 km de AP7 que nos separan de Barcelona, con un tráfico rápido, denso y lleno de camiones.

Renault 4 E-Tech eléctrico en la autovía Circulando por la AP7, camino de Barcelona

En todas estas situaciones, Renault 4 E-Tech eléctrico ha generado una sensación de confianza y aplomo (la versión del coche para esta experiencia era la de 150 CV). También por los ADAS que, haciéndose notar, no resultan molestos ni intrusivos. No quise dejar de probar el sistema Active Driver Assist de conducción semiautónoma, que te hace sentir como en una nave espacial.

Nuestro R4 también contaba con la batería de 52 kWh, con una autonomía mixta homologada de hasta 409 km y una eficiencia de consumo que disipó cualquier atisbo de range anxiety (ansiedad por autonomía). Haciendo cuentas me podría haber dado para todo el fin de semana, aunque quisimos recargar un par de veces para comprobar su facilidad de uso. En total no llegué a gastarme ni 15 euros.

Zona Alta de Barcelona: mucha arquitectura y alguna carretera para disfrutar

Ya entrando en Barcelona te das realmente cuenta de las ventajas de acudir con un coche eléctrico. Los carteles de ZBE, los descuentos en las plazas azules y verdes (entre 1,15 y 1,50 euros/hora) o los numerosos puntos de carga en los que te vas fijando (casi 2.300 registrados por toda la ciudad).

Nuestra primera parada fue el Monasterio de Santa María de Pedralbes, situado en el conocido barrio de la zona alta de Barcelona. No es tan famoso como la Sagrada Familia o la Catedral del Mar, pero es una magnífica muestra del gótico catalán. Además destaca por las dos torres de vigilancia que recuerdan su pasado como fortaleza.

Renault 4 E-Tech eléctrico junto al Monasterio de Pedralbes Junto al Monestir de Pedralbes

Desde allí pusimos rumbo al Mirador del Tibidabo, que cuenta con un amplio aparcamiento para disfrutar de las vistas. Aunque debo reconocer que mi motivación era otra: recorrer la Arrabassada, mítica carretera llena de sinuosas curvas que hace las delicias de los moteros desde hace más de cien años, aunque también tiene un pasado como carrera de autos.

Ya en Barcelona, te das realmente cuenta de las ventajas del coche eléctrico: accesos ZBE, descuentos en las plazas azules y verdes o los 2.300 puntos de carga

El trazado de La Subida, como se conocía a la antigua competición, fue perfecto para probar el Modo Sport de Renault 4 E-Tech eléctrico. También el espectacular equipo de sonido Harman Kardon que montaba nuestra unidad, y que se siente como si lleváramos puestos unos auriculares (de los buenos).

Ya de bajada quisimos parar a disfrutar de las villas y mansiones modernistas del barrio de Sant Gervasi-Bonanova. Una de ellas es la espectacular Casa Roviralta, una antigua masía restaurada a principios del siglo XX con las doctrinas estéticas de la época. Su interior resulta más atractivo aún, y por suerte podemos visitarlo ya que acoge desde los años 80 el afamado Asador Aranda.

Asador Aranda, en la Av. Tibidabo en Barcelona Casa Roviralta, que acoge el Asador Aranda

Villa de Gràcia, ambiente (y gastronomía) muy genuinos

Desde allí quisimos bajar hasta el popular barrio de Gràcia, quizás no la mejor zona para circular en coche, aunque nuestro Renault 4 E-Tech eléctrico se movía con agilidad por las estrechas calles. También ayudó mucho poder poner el navegador en el cuadro de instrumentos digital, y conectar sin cables mi móvil con Android Auto para utilizar las rutas que ya había guardado previamente.

Quisimos pasar por la Casa Vicens, una de las obras menos conocidas de Antoni Gaudí pero imprescindible para entender su trayectoria. Pertenece a la etapa temprana del arquitecto, previa a su explosión modernista, y destaca por su vistoso estilo de influencias orientales y musulmanes.

Renault 4 E-Tech eléctrico junto a la Casa Vicens Casa Vicens, de Antoni Gaudí, en el barrio de Gràcia

Nuestro destino para comer era Can Tresó, un coqueto restaurante que reinterpreta de forma deliciosa los platos más populares de la cocina tradicional catalana (también cuenta con opciones veganas y sin gluten). Ojo, porque se llena pronto y hay que reservar.

Can Treso Mejillones a la salsa de París / Ceviche de corvina con mango y leche de coco / Bacalao confitado y gratinado con alioli de sobrasada y miel

Tras el almuerzo dedicamos la tarde a pasear por la villa, que cada fin de semana peatonaliza Gran de Gracia, la principal arteria comercial de la zona. Muchos de sus comercios y cafeterías se unen sacando sus puestos a la calle. 

Para pasar la noche escogimos el Hotel Me Barcelona, con un personal atentísimo por cierto. Acoge habitualmente eventos de todo tipo, también relacionados con el mundo del motor, y de hecho pudimos lucir nuestro Renault 4 E-Tech en el patio del edificio. El hotel tiene debajo un aparcamiento con doce puntos de carga, y cuenta con hasta tres restaurantes para escoger gastronomía sin necesidad de salir a la calle. Y una cosa que nos encantó: es completamente pet-friendly.

Renault 4 E-Tech en el Hotel Me Barcelona Alardeando de coche en el Hotel Me Barcelona

22@, mezcla de arquitecturas en el distrito tecnológico de Barcelona

El segundo día lo comenzamos desayunando muy cerca andando del hotel, en la cafetería Villa Bakery. Que no te despiste su aspecto de cadena de franquicia, se trata de un negocio local con obrador propio donde hacen una coca con piñones increíble.

Tras ir a por el R4, nos dirigimos al llamado Distrito 22@, una antigua zona industrial reconvertida en distrito tecnológico por excelencia. Allí, los altos y modernos edificios conviven con las antiguas fábricas restauradas para uso educativo o social.

Pudimos aparcar junto a los puntos de carga de la calle Roc Boronat y recuperar algo de energía mientras dábamos un paseo. Renault 4 E-Tech eléctrico es capaz de cargar hasta a 100 kW de potencia, lo que se traduce en pasar de 15% a 80% en apenas media hora.

Esa misma calle es una excelente muestra de cómo conviven estilos de diferentes épocas: el Edificio Media-TIC, con sus característicos paneles termorreguladores; la esbelta torre gris de las antiguas oficinas de Indra, y el campus de la UPF, que integra la antigua fábrica textil de Ca l’Aranyó y su característica chimenea de ladrillo rojo.

Gloriès y Sant Martí, edificios singulares y multipremiados

Nuestro objetivo sin embargo era el Disseny Hub Barcelona, en la recientemente remodelada Plaça de les Glòries. Conocido como “la Grapadora” por su espectacular voladizo, acoge un completo museo y biblioteca dedicada al diseño industrial, gráfico, moda, mobiliario…

Su cubierta transitable es además un punto elevado perfecto para admirar algunas construcciones de la zona, como la celebérrima Torre Glòries, que cuenta con un disfrutable mirador 360º; o la futurista cubierta del Mercat de les Encants, el flea market por excelencia de la ciudad.

Biblioteca Garcia Marquez

Tras recuperar el Renault 4, no quisimos abandonar el distrito de Sant Martí sin conocer la Biblioteca Gabriel García Márquez, galardonada en 2023 como la mejor del mundo. El diseño de su fachada evoca pilas de libros abiertos, que quizás leyera el escritor colombiano durante su estancia en la ciudad. El espacioso interior resulta muy relajante y zen, con el prominente uso de la madera clara y una amplia variedad de mobiliario (¡incluso balancines!).

Antes de seguir la ruta quisimos parar a comer, momento que aproveché para probar el sistema de Aparcamiento Manos Libres en un hueco imposible. Otro momento de “nave espacial”. Justo al lado encontramos el Foochee Ramen, un pequeño y acogedor local dedicado casi en exclusiva a este plato. Cualquier ramen que pidamos estará delicioso, pero ojo, hay que tener cuidado con el picante.

Comida en Foochee Ramen Classic Foochee Ramen / Zha Jiang Mian / Ensalada de setas y Foochee Chicken

Zona sur, puestas de sol y la mejor despedida

Nuestro último objetivo era el Mirador del Migdia, en la ladera de Montjuïc, pero antes queríamos parar en dos imprescindibles para los amantes de la arquitectura del siglo XX. Uno es el Pabellón de Alemania que Mies van der Rohe diseñara para la Expo de Barcelona de 1929. Sorprende por lo actual que resulta su estilo aunque cuente con casi 100 años de vida.

Renault 4 E-Tech junto a Pabellón de Alemania Pabellón de Alemania, diseñado por Mies van der Rohe

El otro enclave es la Fundación Joan Miró, centro de arte dedicado a la obra del genial pintor catalán. El exterior del edificio, construido en los 70, ya merece una parada por la intrincada geometría de su fachada y las singulares esculturas que lo rodean.

Museo Miro

Tras estas visitas llegamos por fin al Mirador de Migdia, uno de los más tranquilos de Barcelona. En el aparcamiento (gratuito, por cierto) aprovechamos para cargar un poco la cámara con la carga bidireccional V2L, enchufándola al coche con el sencillo adaptador. Así pudimos echar las últimas fotos del parque construido para los Juegos del 92, con innumerables senderos, zonas de picnic y la acogedora Caseta del Migdia.

Moverme por Barcelona con este nuevo R4 me ha resultado incluso divertido, haciéndome ver con otros ojos una ciudad que creía que ya conocía en profundidad

Ya en el mirador, pudimos contemplar un skyline muy diferente de Barcelona: el puerto industrial, la zona franca, el aeropuerto… pero sobre todo unas espectaculares vistas del Mediterráneo durante la puesta de sol. Sin duda un lugar excelente para terminar un fin de semana tan especial.

La sensación que me queda tras el fin de semana es lo mucho que puede cambiar la experiencia en la ciudad (o en un pequeño pueblo como el nuestro) yendo a bordo de un coche como Renault 4 E-Tech eléctrico. Y no solo por la movilidad eléctrica, sino por toda la tecnología, el diseño, las soluciones a bordo…

Carga

Me ha sorprendido lo fácil y cómodo que resulta hacer cualquier cosa, incluso el tema de la carga en puntos públicos que era lo que más me preocupaba. Personalmente nunca me ha gustado conducir por Barcelona, pero moverme entre punto y punto con este nuevo R4 me ha resultado incluso divertido, haciéndome ver con otros ojos una ciudad que creía que ya conocía en profundidad.


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