Es una de las tendencias más potentes de la actualidad. Cada vez son más las personas que se unen al movimiento de la comida ecológica, sana y sostenible. Alimentos recién sacados de una huerta que pasan directamente a nuestra sartén y, de ésta, a nuestro plato y paladar. ¿Y vosotros? ¿También sois de los que apreciáis saber qué es exactamente lo que os estáis metiendo a la boca y poder encontrarle su verdadero sabor y textura?
Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, no os perdáis la propuesta que os vamos a hacer. Porque para comer así de sano, bueno y apetitoso no hace falta vivir en zonas rurales rodeadas de campo (que tampoco viene mal). En las zonas urbanas, donde la comida rápida campa a sus anchas, también podéis encontrar y crear vuestros pequeños espacios en los que plantar algunos ingredientes y condimentos que acompañarán de una manera exquisita a todo aquello que después cocinéis en la cocina.
Contrario a que algunos pueden pensar, para tener un huerto sano y aprovechable no es necesario contar con el campo cerca, ni tener si quiera un inmenso jardín. En espacios más reducidos como patios o balcones se pueden crear verdaderas maravillas naturales. Es importante saber que a estas áreas de casa, no sólo se les puede sacar partido ambientándolas con flores y plantas tradicionales. También pueden servirnos para cultivar desde plantas aromáticas como el perejil, el romero, el tomillo, la albahaca, el cilantro o el orégano, hasta unos apetitosos tomatitos que sean el remate perfecto de nuestras ensaladas.
Y todo ello, por cierto, además de mejorar la calidad de lo que comemos en el día a día aderezando nuestros guisos y creaciones culinarias, también ayudará a potenciar muchísimo la decoración de nuestra propia casa. Ni os imagináis lo que decora un buen conjunto de flores, de plantas y de tiestos con condimentos y alimentos. Si todo esto os encaja, vamos un poco más allá con unos cuantos tips para que creéis vuestro gran pequeño huerto urbano en la terraza.
Paso uno: seleccionar las plantas del huerto urbano
Como en todo en la vida, tener claro lo que se quiere conseguir es lo primero. Pensad en qué tipo de plantas os gustaría recolectar. Tened en cuenta el espacio del que disponéis y así podréis dar prioridad a los elementos naturales que más os apetezca tener. Os recomiendo, eso sí, que empecéis poco a poco y a medida que os vayáis haciendo expertos en la materia vayáis incrementando el número de plantas que cultivar.
También será interesante que separéis por zonas el cultivo de los condimentos, verduras y plantas aromáticas y otra para el de meramente flores y plantas comunes. Empezar por el perejil, el romero y el orégano y por los potos y las suculentas no es mala opción.
Paso dos: distribuir las zonas del huerto urbano
Cuando ya tengáis claro con qué flores, plantas o verduras vais a comenzar dando forma a vuestro huerto urbano, toca dividir el espacio para cada una de ellas. Reservad las zonas de vuestro balcón o terraza que no estén expuestas de forma directa al sol para las plantas aromáticas. En las más sensibles a la iluminación directa colocad aquellas plantas comunes o flores qué si lo resistan. No es complicado, ¿verdad?
Eso sí, no olvidéis de que, además de plantar para mejorar las sensaciones de nuestro paladar, estáis buscando una decoración atractiva y bonita para vuestro espacio exterior. Por eso, sed creativos y no sólo os limitéis a colocar todos estos elementos naturales en macetas tradicionales sobre el suelo: aprovechad las paredes y utilizad todas aquellas herramientas y recipientes que os parezcan atractivos y originales para la vista.
Paso tres: dar forma y colocar los contenedores del huerto urbano
Una vez decidido el contenido y planificado el espacio para el mismo, ¡toca ponerse manos a la obra! Aquí es dónde podréis dar rienda suelta a vuestra imaginación, que será la que realmente determinará cómo crearéis vuestro pequeño huerto.
Plantad vuestras semillas, no sólo en macetas y tiestos, sino –por ejemplo- en tarros pequeñitos de cristal (incluso en tarros reutilizados de conservas), en botellas de plástico abiertas, en tazas, en cajas, cestos… El reciclaje es fundalmental. Elementos de este tipo agrupados harán que vuestro huerto urbano sea aún más atractivo, interesante y sorprendente. En la web de Ikea muestran varias formas de hacer que un huerto sea, también, un espacio creativo y decorativo.
Para las zonas de las paredes os recomiendo colocar una serie de barras con ganchos que os permitan colgar, además de las plantas, muchas de las herramientas de jardinería que necesitaréis para su cuidado. Otra opción muy chula es colocar en las paredes soportes como este que le aportarán una estética con mucho ritmo y movimiento.
Paso cuatro: cuidar el huerto y esperar sus frutos
Después de tener toda la infraestructura ya montada y las semillas ya plantadas, toca cuidarlas y mimarlas. Para ello será necesario que invirtáis algo de tiempo y que tengáis paciencia.
Tened a mano con el material básico de jardinería (tijeras de podar, regadera, pulverizador de agua y guantes) y reservad un tiempecito a la semana para poneros manos a la obra. Tareas, por cierto, que podréis compartir de una forma divertida en familia. A los peques de la casa les suele encantar este tipo de actividades de jardinería. Aprovechad para pasar un rato todos juntos. Así, además, aprenderán a comer mucho más sano.
Paso cinco: recoger lo cultivado… ¡y a comer!
Y, por último, toca lo más importante de todo: recoger los frutos del esfuerzo y cuidado puesto en vuestro jardín urbano, llevarlo directo a la cocina, prepararlo… ¡y a comer! Os aseguro que poder degustar cualquier plato en el que parte de sus ingredientes hayan sido cultivados y recogidos inmediatamente por vosotros mismos… ¡no tiene precio!
Disfrutad de la comida sana en casa y en familia. ¡Bon appétit!
