Este original aperitivo se prepara con una lata de sardinas y cuatro cosas más: fácil, refrescante y perfecto para Navidad

Si algo me da rabia durante un menú de celebración, es saciarme antes del plato principal y cuando encima hay un suculento postre o dulces esperando. Por eso me gusta elegir aperitivos y entrantes que sean ligeros y ricos, que abran el apetito, y si encima son fáciles y se pueden hacer con antelación, mucho mejor.

Una de las recetas fijas ya en casa desde hace años son los limones rellenos de ensalada de sardinas, facilísimos de hacer y muy refrescantes. Solo hay que tener una mínima mañana vaciando los cítricos y dibujando el corte dentado de su perímetro, pero es pan comido con un cuchillo tipo puntilla que esté bien afilado. El resto es básicamente abrir una lata de sardinas y poco más.

Puedes ajustar las cantidades fácilmente según los comensales e ir perfilando el sabor sobre la marcha, según te guste más ácido, más dulzón o con más presencia marina de la sardina. Si no tienes cebollino, puedes usar perejil, eneldo, tomillo o una mezcla de varias hierbas, e incluso añadir algún toque picante con una salsa a tu gusto, algo de chile fresco, etc. Si quieres más cremosidad y que cunda más, puedes engordar la farsa con algo de mayonesa sin problemas.

Servidos fríos en un menú copioso sientan de maravilla y lucen muy bien con los limones bien dispuestos en una bandeja, acompañados de otros picoteos. Y no hace falta dejarse un dineral en las sardinillas más caras del mercado.

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