Michael O’Leary, conocido por ser el presidente y fundador de Ryanair, la aerolínea de bajo coste más famosa de Europa, vivió una curiosa experiencia durante una visita a un restaurante en Irlanda. En lugar de ser él quien impone cargos adicionales por cada detalle —como suele suceder en su compañía—, esta vez fue él quien se encontró del otro lado de la broma.
Todo ocurrió en Luvida, un restaurante ubicado en la ciudad de Navan, donde el empresario fue “troleado” por el personal del local con una cuenta que imitaba el estilo de cobros extra tan característico de la política comercial de su empresa.
Cuando terminó su comida y pidió la cuenta, O'Leary se encontró con un tique algo peculiar. Además de los platos consumidos, en el desglose aparecían cargos adicionales poco comunes en la hostelería tradicional, pero bastante familiares para cualquiera que haya volado alguna vez con Ryanair.
Por ejemplo, le cobraron por “más espacio para las piernas” y por haber disfrutado de una “zona tranquila”. Estos conceptos no eran reales, claro está, sino un guiño humorístico a cómo funciona la aerolínea que dirige, donde los pasajeros deben pagar por cualquier mejora o servicio adicional.
Esta divertida iniciativa del restaurante no pasó desapercibida. En lugar de molestarse, O’Leary pareció tomárselo con una sonrisa. Según reportaron medios locales, el presidente de la aerolínea apreció el ingenio del gesto y, lejos de quejarse, se mostró cordial y agradecido, al punto de que se hizo luego fotografías con los trabajadores.
De hecho, aunque los extras que figuraban en la cuenta no fueron cobrados realmente, él dejó una generosa propina al personal del restaurante, como reconocimiento por el buen rato que le hicieron pasar.
La anécdota rápidamente se hizo viral en ciertos medios locales, sobre todo porque O’Leary no es precisamente un personaje desconocido en el mundo del transporte aéreo.
Su estilo provocador y su forma de dirigir Ryanair, con un enfoque centrado en minimizar costos al máximo y trasladar cada mejora al bolsillo del cliente, lo han convertido en una figura polémica y, para muchos, incluso caricaturesca.
Su compañía ha sido criticada más de una vez por cobrar por servicios que en otras aerolíneas están incluidos en el precio del billete, como seleccionar asiento, llevar equipaje de mano o imprimir la tarjeta de embarque en el aeropuerto.
Por eso, no sorprende que el personal del restaurante Luvida decidiera aprovechar su visita para devolverle un poco de su propia medicina, aunque de forma completamente amistosa.
Imágenes | Restaurante Luvida