Restaurante El Riscal en Carbonero El Mayor, Segovia.

Restaurante El Riscal en Carbonero El Mayor, Segovia.
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El viernes 2 de Mayo fue festivo en la Comunidad de Madrid y con el buen día que hacía, decidimos irnos al pueblo de una amiga en Segovia. El pueblo en cuestión se llama Mozoncillo, y como todos los pueblos de la región vive de la agricultura y ganadería. Lo interesante del día, a parte de salir de Madrid, realmente era la visita a una venta de embutidos e ibéricos, La venta Tabanera. Siempre que vamos por la zona, y de camino entre Segovia y Cuéllar, hay una fábrica con venta de productos del cerdo, que realmente están increíbles.

El segundo motivo por el que valía la pena salir de Madrid era el ir a comer a El Riscal, un restaurante situado en la carretera de Segovia a Cuéllar en el km 31, en el pueblo de Carbonero El Mayor. Es un restaurante famoso en el lugar debido, principalmente, por dos razones: la primera por el estupendo Lechazo asado a llama directa que hacen y la segunda porque es un restaurante que se ha preocupado por inculcar una cultura del buey muy interesante.

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Es un restaurante de esos que merece la pena ir por dos motivos, el primero porque se come genial; el segundo porque tienen un servicio muy bueno.

Una recomendación antes de ir, es hacer una reserva telefónica. Nosotros tuvimos un pequeño inconveniente, a pesar de ir con reserva del día de antes hubo overbooking. Jesús, el maitre y dueño del restaurante, lo arreglo muy rápido y nos puso mesa en la vinoteca. Por lo que fue mucho mejor el remedio que la enfermedad. La vinoteca es un sitio especial de la casa. Todos los recuerdos de la zona están allí, además de comer sin ruido en una bóveda como las que en antaño se guardaban los vinos familiares. Al fondo de la vinoteca están guardados con mimo todos los vinos, que si uno lo desea puede incluso entrar con el propio Jesús a elegir el vino.

Comimos cuatro entrantes, todos ellos para compartir. Nosotros somos clásicos a la hora de pedir los entrantes, así que a veces dejamos poco a la innovación. Me quede con gana de comer ese esturión que nos brindó, a la próxima lo pido. Las gambas a la plancha, el jamón ibérico de bellota con una flor de Esgueva, el rulo de cabra con reducción de Pedro Ximenez y unas estupendas croquetas caseras. Todo esto para compartir al centro.

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De plato fuerte, somos tradicionales y pedimos el Lechazo asado a llama directa. Nunca, y estoy seguro de ello, se podrá comer un Lechazo como este. Muy importante, a la hora de reservar mesa, también reservar vuestro Lechazo. Os podéis quedar sin él. Lo acompañan con ensalada de lechuga, como marca la tradición.

De postre, hay para elegir, desde sorbete de limón al cava, hasta una crema de arroz con leche con arroz inflado y helado de canela pasando por unas natillas al cardamomo con tejas.

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Con un vino de la casa y poco más, comimos por unos 35 euros por persona. No esperéis un servicio de entrar por la derecha, recogida de migas y cosas similares. El servicio es impecable pero por otros detalles que tenéis que descubrir, simplemente os diré que es un servicio cercano y amigable.

Desde mi humilde posición solo queda felicitar a Jesús por tan amable y rica comida. Es un lujo cada vez que vamos por lo bien que nos hace sentir.

En Directo al Paladar | Segovia

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