Hay cosas que parecen diseñadas por ingenieros con mala intención. O al menos eso le pareció al tiktoker @spainwithnick, un estadounidense afincado en España que vivió una de sus escenas más surrealistas con una simple botella.
No era vino, ni cava, ni nada que uno asociaría con dificultad. Era una botella de vinagre, de esas que cualquiera en España abre con un simple gesto, pero que en Estados Unidos —por lo visto— ni existen.
Nick, con cara de desconcierto pero una sincera sonrisa, relata su frustración en un vídeo que ya acumula miles de visualizaciones: “Es la primera vez que veo una botella así”.
Treinta minutos después, sigue sin lograr abrirla. Lo intenta con fuerza, con lógica, con herramientas. Nada. La tapa sigue cerrada como si fuera una caja fuerte y no cede. Esas botellas de vinagre tan bien cerradas tienen, para su sorpresa, un truco.

Lo más curioso es que este tipo de botella —presente en marcas clásicas de vinagres de toda la vida— es más vieja que muchos de nosotros y está muy bien pensada para evitar cualquier tipo de derrame.
Aquí todo el mundo la abre con en un abrir y cerrar de ojos, pero para alguien que viene de una cultura donde todo va a rosca se convierte en un reto nivel experto.
Cuando ya parece rendido, el vídeo da un giro cómico: Nick decide llamar a su vecina. Sí, como en una sitcom. Cuando esta llega, mira la botella, en menos de dos segundos la abre. La expresión en su cara lo dice todo: shock cultural en estado puro. Solo era necesario cortar con unas tijeras el plástico duro del agujero.

“Esta botella no existe en EE. UU.”, insiste él, en el pie de su vídeo. Para los españoles, una anécdota. Para Nick, una batalla épica contra la ingeniería de los pequeños detalles cotidianos.
En este caso, no fue necesario un tutorial de YouTube, ni una herramienta especial. Solo hizo falta una vecina española y mucha paciencia. Otros aconsejan al extranjero que busque bien porque aparentemente el plástico le ha saltado a la ensalada.
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