Joana Costa
EditorA veces, los objetos más olvidados de casa esconden un segundo propósito mucho más valioso del que se les da. Es el caso de los rollos de cartón vacíos, esos tubos que quedan tras acabar el papel higiénico o el de cocina y que solemos tirar sin pensarlo dos veces. Un pequeño gesto que puede cambiar si tienes perro (o conoces a quien lo tenga).
Cada vez más entrenadores caninos recomiendan juegos de estimulación mental para perros, sobre todo en interiores. Y esta idea sencilla y reciclada lo demuestra: convertir tubos de cartón usados en un juguete que entretiene y estimula a la vez. Un ejercicio de olfato, ingenio y paciencia que puede entretener a un perro durante largos minutos sin necesidad de comprar nada.
Pero, uno se preguntará en qué consiste exactamente y qué tiene que ver con los rollos de papel higiénico. La propuesta viene de la cuenta @pupscoutsdogtraining en TikTok.
Su valor es doble: utilidad doméstica y bienestar animal. Solo necesitas una caja de cartón, algunos rollos vacíos y pequeñas porciones de pienso o snacks para perros. Con eso ya tienes el juego planteado.
Un poco de pienso en cada rollo
El procedimiento es muy fácil: se mete un poco de pienso en cada rollo y se cierra suavemente uno o ambos extremos doblando el cartón. Después, se colocan todos los tubos en la caja, que actúa como "contenedor sorpresa". El perro deberá buscar, husmear, manipular y extraer cada tubo para alcanzar la comida. Un reto que estimula su mente y les proporciona satisfacción.
Este tipo de juguetes caseros, además de ser ecológicos y prácticamente gratis, fomentan la calma y reducen el estrés en animales con mucha energía o ansiedad. No todos los perros necesitan salir a correr, algunos lo que necesitan es pensar y mantener su instinto activo. Y esta idea les permite hacerlo con elementos seguros y reutilizados.
Pero el impacto va más allá del hogar. Esta misma idea puede transformarse en una acción solidaria: si no tienes mascotas pero te sobran rollos de cartón, puedes prepararlos o simplemente guardarlos y donarlos a refugios de animales o protectoras cercanas. Muchos voluntarios buscan juguetes baratos y estimulantes, y este es uno de los que más agradecen.
Las protectoras suelen contar con pocos recursos, y tener ideas como esta mejora la calidad de vida de sus animales. También puedes llevar la propuesta a escuelas, talleres de verano o residencias que colaboren con centros caninos, ya que es una manualidad sencilla y accesible.
En cualquier caso, el rollo de papel que ibas a tirar puede transformarse en una herramienta educativa, una fuente de entretenimiento canino o incluso en un gesto solidario. Y lo mejor es que no necesitas ser manitas, solo tener ganas de reciclar y de hacer algo bueno, aunque sea con un simple tubo de cartón.Foto | Vlada Karpovich y @pupscoutsdogtraining
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