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¿Serías capaz de replicar con la misma magia y sabor ese guiso que tu abuela lleva años perfeccionando? Justo esa ha sido la premisa —y la primera de dos pruebas de fuego— a la que se han tenido que enfrentar las duplas finalistas de #YayaWars, el concurso gastronómico intergeneracional creado por INTERPORC y apadrinado por el creador de contenido Peldanyos, que se ha propuesto encontrar a las abuelas y nietos más cocinitas de España.
Después de recorrer la geografía en busca de los platos de cerdo más auténticos y de seleccionar a las duplas finalistas, provenientes de Valencia, Murcia y Cataluña, tres yayas y sus nietos se han debatido en un gran duelo para demostrar cuál de ellas domina mejor el arte del guiso.
Y no ha sido una final cualquiera, sino una verdadera batalla culinaria en la que también han estado presentes rostros muy conocidos, así como un jurado de altura —donde también estaba el director de DAP, Miguel Ayuso—. Si quieres saber qué pasa cuando mezclas a la Generación Z y a las guardianas de la tradición con los mejores cortes de carne de cerdo, te contamos todo lo que sucedió en este último enfrentamiento.
El jurado más exigente y los pinches más virales
Aunque en las fases previas viésemos a Peldanyos ejercer como conductor y jurado, la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC) ha querido contar con un amplio elenco de invitados y expertos para esta ocasión tan especial.
Empezando por Masi Rodríguez, que ha tomado la batuta de la Gran Final para hacer lo que mejor hace, que es presentar. La popular comunicadora se encargó de dar la bienvenida a los protagonistas, marcar los tiempos e intentar poner orden cuando la cosa se ponía difícil.
Bajo su atenta mirada se encontraron también la mesa de los jueces, compuesta por Peldanyos, una de las voces —y estómagos— más autorizadas de las redes; Miguel Ayuso, director de DAP, y la inigualable Guadalupe Fiñana —más conocida como Abuela de Dragones—, toda una sensación de las redes, ganadora de ‘MasterChef Abuelos’ y quien probablemente mejor sabe si un guiso tiene el ‘chup-chup’ necesario o si es una modernidad sin fundamento.
En este desfile de talento, INTERPORC no quería permitir que las duplas finalistas se encontraran solas ante el peligro. Por eso, también acudieron al auxilio rostros tan populares como Xuso Jones, Darío Eme Hache, Juanki —junto a su abuelo Yoyo— y Marina Barrial, que llevó también a su abuela Carmen.
Por supuesto, se mantuvieron en el corazón del evento las tres duplas finalistas, compuestas por las valencianas Cintia y Angelita, los murcianos José y Pepita y las catalanas Neus e Isabel, que solo con su participación en #YayaWars ya han demostrado que no hay nada como la carne de cerdo y el delantal para unir a diferentes generaciones.
Dos premios (y “el cariño de toda esta gente”)
Antes de encender el primer fuego de esta batalla, los participantes de #YayaWars pudieron conocer de antemano cuál iba a ser el premio que estaba en juego. Las tres duplas, independientemente de su posición, se llevaron a casa un lote completo de productos de cerdo de capa blanca para seguir practicando sus recetas de siempre con la mejor materia prima.
Sin embargo, al término del concurso también se iban a entregar dos recompensas muy jugosas: una invitación para dos personas en un restaurante seleccionado por FACYRE (Federación de Cocineros y Reposteros de España) en la comunidad autónoma de los ganadores, destinado a la dupla que obtuviera el segundo premio, y una cena para dos en un restaurante con Estrella Michelin para la dupla que se hiciera con el oro, también ubicado en la región de los ganadores.
Eso sí, como ya se encargó de repetir Masi al final del concurso, lo que sí tienen asegurado las tres duplas —además del lote de INTERPORC— es “el cariño de toda esta gente”.
5 minutos para memorizar un legado
Hay algo sagrado en las elaboraciones de las abuelas, donde las cantidades son “a ojo” y el fuego se apaga “cuando el guiso te lo pida”. Quizás por eso la primera fase de la final de #YayaWars fue un verdadero salto al vacío para los nietos, que tuvieron solo 5 minutos para escuchar y memorizar las recetas de las yayas antes de ponerse a recrearlas.
Pasado este tiempo, los tres nietos se dispusieron a enfrentarse a los fogones en solitario. O, bueno, no del todo, porque fue aquí cuando pudieron compartir cocina con los talentos invitados, convertidos en pinches por un día. Todo esto con un tiempo de elaboración de 75 minutos, en los que ambos tenían que cortar, pelar, cocer y culminar cada una de las recetas.
José presentó a los jueces un solomillo a la cerveza, que elaboró junto a Juanki y que no conquistó demasiado por su sabor y el punto de cocción —de hecho, la propia abuela, Pepita, le tuvo que dar la razón al jurado—.
Cintia y Darío Eme Hache optaron por unas carrilleras, que presentaron con mucha literatura y un toque de trufa negra y que convenció bastante a los comensales. Este equipo, además, contó con la ayuda de una pinche extra, Marina Barrial, que tampoco quería perder la oportunidad de cocinar una receta de cerdo —y que en realidad iba a ayudar al equipo catalán—.
Por último, Neus y Xuso Jones quisieron sorprender con una adaptación del fricandó catalán, al que llamaron “cerdo flamenco” en honor a la yaya Isabel. Este plato, que además incluía setas recogidas por la madre de Neus y un toque de almendra, sin duda fue el que más gustó a los jueces, que le dieron notas de sobresaliente.
Contraataque de yayas
Tras la tensión inicial llegó la calma y la verdadera esencia de estas #YayaWars. Para contraatacar, las abuelas volvieron a la cocina en la segunda fase… en algunos casos para arreglar las puntuaciones que algunos nietos se habían llevado al cocinar en solitario.
En este punto del concurso no se trataba de sobrevivir, sino de brillar con platos de cuchara que representan a la perfección el lugar de origen de cada yaya. Mientras Cintia y Angelita optaron por el arroz al horno valenciano, José y Pepita apostaron por el guiso de pelotas y Neus e Isabel prepararon un estofado con patatas al estilo catalán.
Tan solo una muestra del sinfín de posibilidades que ofrece el cerdo de capa blanca, básico para cualquier tipo de elaboración por su amplio abanico de presentaciones y, desde luego, por su sabor y sus propiedades nutricionales.
Como las yayas y los nietos sacaron toda su artillería, las impresiones del jurado resultaron ser también muy buenas, con puntuaciones que no bajaron del notable. Sin embargo, como solo una dupla se podía alzar con el ansiado galardón, la pareja ganadora resultó ser la formada por Neus e Isabel, que no hicieron amagos de esconder su emoción y que se llevaron con orgullo el premio hasta Cataluña.
También merece una mención la pareja formada por Cintia y Angelita, que se quedó con el segundo puesto por su buen dominio del arroz al horno.
#YayaWars apaga así los fogones, pero nos deja el mensaje más importante sobre la mesa: no hay mejor ingrediente que la compañía de una abuela ni mejor aliado que el cerdo de capa blanca para mantener vivo nuestro legado gastronómico. ¿A qué esperas entonces para pedirle esa receta a tu yaya?
Imágenes y materiales | INTERPORC, Peldanyos
