Así debes proteger las plantas del frío este invierno en terrazas, balcones y jardines

Trucos sencillos para que la nueva estación no arrase con tu rincón verde, aunque hielen las macetas

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Joana Costa

Editor

Cuando bajan las temperaturas, muchos balcones se convierten en un pequeño cementerio de macetas y hojas mustias. El contraste entre el salón calentito y la terraza helada pasa factura a las plantas sensibles, sobre todo si viven en tiestos pequeños y expuestas al viento. 

La buena noticia es que no hace falta montar un invernadero profesional para que sobrevivan al invierno: bastan algunos cambios de sitio, un poco de abrigo y cuidado y algo más de control con la regadera.

De hecho, el gran enemigo del jardín urbano invernal son las heladas, que congelan el agua dentro de hojas y tallos y rompen sus tejidos desde dentro. Para reducir el riesgo, conviene adelantar un poco la operación invierno: en cuanto el parte meteorológico empiece a avisar de mínimas cercanas a cero, es el momento de mover macetas hacia paredes resguardadas, rincones menos expuestos y, si se puede, bajo aleros o voladizos que frenen el viento. Agruparlas ayuda a crear un pequeño microclima más cálido.

Edredón 'mulching'

Una técnica básica y muy eficaz es el acolchado o mulching, ese edredón que se coloca sobre la tierra para aislarla del frío. Se pueden usar corteza de pino, hojas secas, paja o fibra de coco para crear una capa protectora de unos cinco centímetros sobre el sustrato, especialmente en jardineras y parterres. Con este gesto se mantiene la temperatura del suelo más estable, se protegen las raíces de las heladas y, de paso, se reduce la evaporación del agua.

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Velos antiheladas

Cuando el termómetro se desploma, las mantas térmicas y los velos antiheladas se vuelven aliados discretos pero muy eficaces. Son tejidos ligeros y transpirables que dejan pasar la luz y el aire, pero retienen el calor acumulado del suelo y de la propia planta. 

Conviene colocarlos de forma que no toquen directamente las hojas, sujetándolos con pinzas, cañas o tutores para crear una especie de tienda de campaña que aguante la noche sin aplastar el follaje.

Macetas envueltas en fieltro

Las macetas también necesitan abrigo, sobre todo si son de barro o cerámica fina, que se enfrían y se agrietan con facilidad. Envolver los tiestos con arpillera, fieltro o incluso papel de burbujas disimulado en una cesta ayuda a mantener las raíces a mejor temperatura. 

Este truco funciona especialmente bien con plantas en contenedores pequeños, que sufren más los cambios bruscos, ya que están más vulnerables de este modo. En jardines de suelo, se puede reforzar el pie de las plantas con paja, corteza o restos de poda triturados.

Maceta

Regar por la mañana

En invierno hay que regar menos y mejor. Las plantas consumen menos agua y el exceso puede pudrir raíces, sobre todo si coincide con noches muy frías. Lo ideal es comprobar la tierra con el dedo y regar solo cuando esté seca al tacto, siempre a primera hora del día para que el sustrato no se quede empapado al caer la noche. Evitar encharcamientos y vaciar los platos bajo las macetas son pequeños gestos que marcan una gran diferencia en su supervivencia.

Biombos o paneles

Además del frío, el viento reseca y castiga las hojas, especialmente en balcones altos y áticos. Colocar biombos, paneles de caña o incluso muebles de exterior como barrera ayuda a reducir ese efecto ventilador. 

También conviene revisar las especies más delicadas y, si es posible, trasladarlas al interior junto a una ventana luminosa, lejos de radiadores y corrientes, para darles una segunda oportunidad hasta que llegue la primavera.

Asimismo, merece la pena hacer una pequeña puesta a punto: retirar hojas secas, limpiar el polvo del follaje y podar suavemente las ramas dañadas mejora la respiración de la planta y reduce el riesgo de hongos. Algunas se aletargan y pierden parte de su verde, pero no están necesariamente perdidas: basta con ajustar riego, proteger raíces y dejar que el tiempo haga su trabajo. 

El objetivo del invierno no es que el balcón parezca un vivero, sino que las plantas lleguen vivas y con ganas a la siguiente temporada.

Foto | Pexels / IA-Gemini

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