Desde hace algún tiempo se habla de adicción a las comidas como si los alimentos o determinados nutrientes tuvieran efecto similar a las drogas, y si bien con lo que comemos no podemos realizar una “abstinencia” porque el cuerpo necesita alimentarse para vivir, se ha demostrado que algunos ingredientes de nuestros platos generan una respuesta similar a las sustancias adictivas en el cerebro. Por eso hoy te contamos cuáles son esas comidas y alimentos adictivos y cómo prevenir su presencia en la cocina.
Comidas y alimentos adictivos
Para fundamentar por qué algunas comidas y alimentos son adictivos nos remitiremos a nuestra biología, recordando que nuestros antepasados eran cazadores- recolectores y que vivían en constante actividad para obtener comida, mientras que consumían alimentos de manera alternada, pasando por ciclos de escasez/ hambruna y grandes ingestas cuando se lograba cazar un animal grande por ejemplo.
Así, nuestros genes que vivieron gran tiempo bajo estas condiciones de vida, se han desarrollado sabiamente para soportar esos períodos de escasez y para aprovechar al máximo los alimentos cuando hay, entonces, la genética nos decía (y aun nos dice) que las grasas nos gustan más, pues se almacenan fácilmente en nuestro cuerpo ofreciéndonos reservas para cuando no haya y además son más concentradas en energía.
Asimismo, los azúcares simples que no demandan gran trabajo digestivo y que rápidamente pasan a la sangre generando una liberación de insulina, hormona que estimula el almacenamiento de grasa, también resultan más favorables para la sobrevivencia del ser humano.
Tanto azúcares como grasas no requieren de gran trabajo metabólico por lo que no generan a nuestro cuerpo un gasto de calorías para digerirse como sí provocan las proteínas o las fibras. Y además, juntos hacen la combinación perfecta para sacar el máximo provecho a lo que comemos y soportar nuevos períodos de escasez sin riesgo de vida.
Éstos nutrientes son determinantes de los efectos que provocan en nuestro cuerpo las comidas y alimentos adictivos. Por eso se habla de “carbograsas“ como la combinación de nutrientes responsable de la adicción a los alimentos.
Entonces, sabemos por qué la comida basura crea adicción con su gran contenido en grasas y sus azúcares presentes ya sea en el refresco que generalmente acompaña la hamburguesa con patatas fritas o en el pan que se saboriza con azúcar para “combinar mejor” con las grasas del resto de los ingredientes. Asimismo, una tableta de chocolate comercial que conjuga azúcares y grasas también resulta adictiva debido a las carbograsas.
Cómo prevenir la adicción a los alimentos
Teniendo como base la fisiología humana que explica por qué las carbograsas al ser consumidas crean una respuesta similar a las drogas en neustro cerebro, generándonos placer y aliviando nuestro estrés al mismo tiempo que nos generan más deseos de continuar comiéndolas, podemos establecer algunos consejos para prevenir la adicción a los alimentos:
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Evitar consumir a diario y en grandes cantidades carbograsas, es decir, reducir la frecuencia con que comemos un pastel, nata con azúcar, mantequilla con dulce o refrescos con patatas fritas. De esta manera no generaremos dependencia de este tipo de comida.
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Consumir los alimentos en su estado más natural posible, pues generalmente a mayor procesamiento de los alimentos para acentuar su sabor o para “crear adicción”, más se combinan grasas y azúcares, prueba de ello está en el pan lactal comercial al que se añade algo de azúcares y grasas, las barras de cereales o los cereales propiamente dichos, los chocolates comerciales que distan mucho de ser un chocolate amargo real que posee muchos menos azúcares y más grasas y taninos.
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Reducir al cocinar la combinación de grasas con azúcares simples o reducir la presencia de alguno de los dos ingredientes, pues si probamos, rápidamente podemos dejar de comer azúcar sola o miel sola, pero no tan rápido podemos frenarnos si dicha miel o azúcar se combina con mantequilla.
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Evitar la ingesta de refrescos para acompañar nuestras comidas, porque sus azúcares pueden hacer una combinación adictiva con las grasas de las comidas.
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Al cocinar con grasas y azúcares, intenta que éstos nutrientes no estén solos, sino que se acompañen de fibra o proteínas para reducir el efecto de las carbograsas en nuestro organismo.
Consumir un pastel con nata montada con azúcar de manera ocasional no generará adicción en nosotros, pero si puede hacerlo el hecho de comer a diario este tipo de preparaciones que presentan las carbograsas, determinantes de las comidas y alimentos adictivos que podemos prevenir con ayuda de la cocina.
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