Alicia González
EditorHasta no hace mucho cuando pensábamos en reformar alguna parte de la casa no terminábamos de decidirnos solo de pensar en las obras. Pero hoy en día es posible cambiar el suelo, puertas de los armarios e incluso cambiar las paredes de la cocina sin tener que recurrir a un albañil. Algo que resulta especialmente útil cuando se trata del apartamento de la playa por ejemplo, al que vamos cuando pillamos vacaciones, pero no podemos ir para supervisar unas obras.
LYSEKIL Panel de pared, ambos lados blanco/gris claro efecto cemento
Y desperdiciar unas vacaciones en obras pues como que no. Pero hacer una escapada para cambiar las paredes nosotros mismos sin necesidad de cementos ni masilla para juntas, eso es otro tema. Uno que podemos poner en práctica gracias a la colección LYSEKIL de Ikea, que permite dar un nuevo aire a nuestra cocina y dejarla como nueva, en unos sencillos pasos.
Reformamos la cocina sin obras y sin ensuciar
En Ikea no solo venden muebles, menaje y todo tipo de cositas para el hogar, sino que nos animan que le demos nuestro propio toque nosotros mismos. Los paneles LYSEKIL son una prueba de ello, ya que una vez instalados sobre la pared de la cocina, será como si la hubiésemos reformado. Para ello, solo necesitamos el listón de pared y cualquiera de los paneles disponibles, los cuales tenemos en varios colores e incluso estampados.
Debemos comprar tantos rieles LYSEKIL como paneles vayamos a colocar, pero una vez atornillados podemos poner las láminas que queramos, ya sea la de acabado con aspecto cemento, efecto mármol o efecto acero inoxidable. Son reversibles, así que, si nos cansamos de una, podemos simplemente sacarla y darle la vuelta para que nuestra cocina parezca totalmente nueva cada vez.
El precio del riel es de 52,00 euros, y el de cada unidad de paneles reversibles es de 60,00 euros, por unos 100 euros podemos tener una pared nueva en cuestión de minutos. Una que es duradera, sencilla de limpiar y que, por supuesto, dará un aire nuevo a la cocina de nuestro apartamento. Pero no solo eso, sino que una persona de alquiler también puede poner su cocina bonita sin enfadar al casero gracias a este método de Ikea.
Además al estar hecho de aluminio soportan el calor (y el frío) y no se verán estropeados por el aire que suelta la freidora de aire por detrás, por ejemplo. Y mucho menos por las salpicaduras de aceite al freír unas patatas fritas, ya que podemos limpiarlo con un paño y un detergente suave, como si se tratase de una pared normal y corriente.
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Fotos | Ikea, Ekaterina Rabchanyuk (iStock)
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