Casi un viaje al pasado, así es Aínsa, una discreta villa aragonesa en el norte de Huesca, que la revista National Geographic ha calificado como el pueblo más bonito de España. Situada en el antiguo condado de Sobrarbe, Aínsa ha conquistado a los editores de esta popular publicación con una panorámica casi detenida en el tiempo.
Con un patrimonio catalogado como Conjunto Histórico-Artístico, esta discreta villa además presume de múltiples herencias culturales, ya que en su legado se encuentran vestigios de celtas, romanos, musulmanes y, como es evidente, de cristianos.
Tal en sus variedad, que un recorrido por Aínsa, a pesar de sus discretas dimensiones, puede sorprender sobre todo con su Plaza Mayor porticada, donde anualmente se realiza el primer domingo de septiembre (en años pares), la recreación de La Morisma, que representa el triunfo de los ejércitos del rey García Ximenez sobre los sarracenos.
A ello se suma un patrimonio sacro y profano que también corta la respiración, como la iglesia románica de Santa María (fechada en el siglo XII) y que es uno de los grandes bastiones del románico en el norte de Aragón, destacando un claustro en el que coexisten románico y gótico.
Fundamental a partir de la Edad Moderna por su enclave privilegiado entre los ríos Ara y Cinca, en Aínsa también cobra importancia su muralla y los restos del castillo —en ellos se celebran anualmente un festival internacional de música—, y también las casas señoriales como la de los Arnal y la de los Bielsa, testimonios de esa importancia pretérita de la villa.
Curiosamente, el hecho de ser uno de los pueblos más bonitos de España y uno de los mejor conservados también ha servido para que Aínsa, al contrario de lo que sucede a menudo en la España Vaciada, haya ganado población en los últimos 20 años.
Este hito, apuntalado por el turismo de calidad que visita la villa, además se sustenta sobre un mayor interés en el conocimiento rural y de la naturaleza que rodea a la villa como atestigua el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica o las particulares rutas pirenaicas que hay entre Aínsa y el vecino municipio de Boltaña.
Por si fuera poco, Aínsa también es un destino foodie de primer orden si nos decidimos a apostar por las estrellas Michelin, pues el restaurante Callizo está enclavado dentro del pueblo y es una magnífica forma de comerse el entorno altoaragonés con la garantía de la guía francesa.
Imágenes | Turismo de Aragón
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