Abrió un restaurante en un pueblo de Guadalajara para acoger a chavales en riesgo de exclusión. Tras denunciar un boicot, lo han destrozado

Abrió un restaurante en un pueblo de Guadalajara para acoger a chavales en riesgo de exclusión. Tras denunciar un boicot, lo han destrozado
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Exprostitutas, jóvenes que han salido de la droga, antiguos miembros de bandas latinas… Los trabajadores que en los últimos 20 años han pasado por las manos de Chema de Isidro, promotor de la ONG Gastronomía Solidaria, se cuentan por cuatro millares y todos tienen en común —con algunas diferencias— pasados conflictivos y el riesgo de exclusión.

Ahora, meses después de la apertura en el municipio guadalajareño de Trillo el pasado mes de marzo, denuncia un ataque al restaurante La Cascada de la Raspa y que ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil.

Tras un extenso reportaje en el periódico El Mundo donde el cocinero aseguraba que "nos han dicho de mil maneras que no nos quieren aquí" fechado a 27 de julio de 2023, las reacciones —según de Isidro, también al mismo periódico— del pueblo no se han hecho esperar y han vandalizado su restaurante.

¿Quién? Se desconoce, pero las hipótesis del cocinero apuntan a la reacción de los propios trillanos de manera directa. "Esto no es un robo, es un mensaje por haber contado a El Mundo lo que pasaba", ha explicado en una noticia donde aparece el resultado de la incursión de estos saqueadores en el restaurante.

En un breve vídeo grabado con un teléfono móvil, se ven parte de los daños que se han causado. Dos puertas rotas, la máquina de tabaco, botellas, la caja registradora reventada y robos de carne y botellas de todo tipo. Incluso, aseguran, "han jodido las alarmas".

"Esto es cosa de gente del pueblo, pero una cosa quiero decir: después de esto a mí me dan más ganas de seguir", indicaba. Salpicado de polémica desde sus inicios con la apertura en Trillo, sería varios meses más tarde cuando un incidente entre dos de sus empleados, que una casa con media docena de habitaciones alquilada por el propio cocinero, cuando —jugando con una navaja— uno le metió a otro un pinchazo profundo.

Mientras tanto, la Cascada de la Raspa sigue abierto aunque el público local apenas pise el establecimiento, habiéndose creado una especie de omertà o ley del silencio donde nadie del pueblo habla con los medios ni acude al restaurante.

Imagen | Gastronomía Solidaria

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