Liliana Fuchs
EditorEl secreto de la longevidad de María Branyas, que murió en 2024 con 117 años como la mujer más longeva del mundo, no está en una única respuesta. Pero sí sabemos que detrás de su extraordinariamente larga vida había un hábito diario vinculado con una de las claves de su buena salud: comer al menos un yogur diario. Y Branyas no se conformaba con uno cualquiera, era fiel a los yogures de La Fageda.
El estudio que revela muchas de las claves de la longevidad de esta supercentenaria ya destacaba el hallazgo que los investigadores hicieron con su microbioma. Branyas tenía una microbiota intestinal juvenil, semejante a la de un niño. “Comía bastantes yogures, lo que tiene que ver con mucha flora bacteriana”, apuntaba Manel Esteller, experto en longevidad y uno de los principales autores del estudio.
Y Branyas no perdonaba su yogur ningún día, un hábito que practicó durante muchas décadas, algo que se reflejó directamente en la buena salud de su ecosistema de bacterias antiinflamatorias, que la protegían de enfermedades. De hecho, según el estudio, publicado en Cell Reports Medicine, Branyas podía llegar a comer hasta tres yogures diarios. Y al desvelarse el nombre de su marca predilecta, se ha desatado el boom mediático.
Ha sido Silvia Domènech, actual directora de La Fageda, quien lo desveló en el programa La Ventana de la SER hace unos días. Fue publicarse los resultados de la investigación y comenzar a recibir decenas de llamadas desde Reino Unido de personas interesadas en comprar o distribuir los yogures, ya que La Fageda no distribuye en el país. De hecho, son una marca de yogures con carácter aún muy local gracias a que mantiene la esencia con la que nacieron.
La Fageda no es una empresa de yogures al uso, sino que nació de un proyecto social, la cooperativa La Fageda, fundada en 1982 por el psicólogo Cristóbal Colón para dar una oportunidad laboral a personas con enfermedades mentales y colectivos vulnerables. Y así se ha mantenido hasta hoy, aunque inicialmente funcionaba como vivero al que incorporaron la producción de leche al incorporar una vaquería abandonada.
La imposición de cuotas máximas de producción lechera por la Unión Europea obligó a repensar la producción, lo que llevó a Colón a convertir la leche en yogures de granja, un proyecto pionero en la comarca. Montaron una fábrica y en 1993 salieron los primeros yogures La Fageda al mercado. Hoy son de los más queridos en Cataluña y también han ido ganando mucha popularidad en toda España, gracias también al nuevo posicionamiento de marca que arrancó hace unos años, con el relevo de Domènech al frente del proyecto.
Pero, aunque ahora fabrican y distribuyen más yogures, el objetivo con el que nació la fundación no ha cambiado. “A lo largo de estos 42 años nuestro trabajo ha dado sentido a la vida de muchas personas”, explicaba Colón entonces. Y lo confirma la propia Domènech, al reflexionar sobre el papel que sus yogures hayan podido tener en la longevidad de Branyas: “Quizás alargó su vida, pero sin duda mejora la de quienes trabajan aquí”.
Imágenes | La Fageda - Instituto Josep Carreras
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