Buena parte de Francia está sometida a una ola de calor donde los 40 ºC se están produciendo en territorios que no habían visto este guarismo en décadas o, directamente, nunca se habían asomado a ese precipicio.
Y, ante grandes males, grandes remedios. Al menos, en la teoría. Porque, como se está demostrando, recurrir a las piscinas inflables como cama, algo de lo que se hacen eco varios medios franceses, es una pésima idea para dormir más fresquito por los riesgos que supone.
Evidentemente, el hipotético riesgo de ahogamiento es el mayor de ellos, aunque también el más improbable, pero el sentido común desaconseja totalmente dormir en una piscina inflable.
Algunas, de hecho, como explican desde Decontair 67, son poco evidentes, pero relatan un incidente habitual: los resbalones. "Me resbalé al levantarme para ir a buscar agua y me torcí un tobillo porque todo estaba mojado alrededor", relataba un ciudadano de Montpellier, en el sur del país.
No es todo resbalones o posibles ahogamientos, claro. El agua estancada de una piscina inflable que no cuenta con sistemas de depuración, sometida a las altas temperaturas, es un caldo de cultivo estupendo para virus y bacterias.
También se debe añadir lo insalubre de estar sumergido en agua durante horas, además de favoreciendo esa proliferación bacteriana, que podría repercutir en la aparición de determinadas infecciones como la cistitis.
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