Los jardines ganan encanto cuando, además de flores y plantas, los pájaros deciden visitarlos. Entre las aves más queridas está el petirrojo europeo, fácilmente reconocible por su pecho anaranjado y su canto melodioso. Ahora bien, atraerlos no siempre es sencillo: requieren tranquilidad, refugio y, sobre todo, alimento adecuado.
En ese último punto está la clave. Según expertos en observación de aves, hay un ingrediente que se ha demostrado especialmente eficaz para llamar a los petirrojos: los cacahuetes crudos y sin sal. Un recurso simple, económico y accesible que puede transformar cualquier espacio verde en un pequeño santuario para estos pájaros.
La razón es sencilla. Los petirrojos son aves que, sobre todo en invierno, necesitan un aporte extra de grasas saludables y proteínas para resistir el frío. Los cacahuetes crudos cumplen con esos requisitos: son ricos en aceites naturales y en nutrientes que les proporcionan energía rápida y duradera.
Partidos y triturados
Eso sí, no vale cualquier presentación. Los cacahuetes deben ser crudos y sin sal, porque la sal resulta perjudicial para las aves y los frutos secos tostados pueden perder parte de su valor nutritivo. Lo ideal es ofrecerlos partidos o triturados, para que los petirrojos puedan ingerirlos sin dificultad y reducir el riesgo de atragantamiento.
Los aficionados a la ornitología recomiendan colocarlos en comederos seguros, diseñados para aves pequeñas, o esparcir pequeñas cantidades en zonas donde los petirrojos se sientan protegidos. Si el jardín cuenta con arbustos o setos, es más probable que los utilicen como refugio y se animen a quedarse.
Además, este sencillo gesto no solo beneficia a los petirrojos. Otros pájaros insectívoros y granívoros, como carboneros o herrerillos, también se sienten atraídos por los cacahuetes crudos. De este modo, se fomenta una biodiversidad mayor en el entorno doméstico, lo que repercute en un jardín más vivo y equilibrado.
El contacto frecuente con las aves, además, tiene beneficios añadidos. Numerosos estudios apuntan a que la observación de pájaros en jardines y parques reduce el estrés diario y favorece el bienestar emocional. En ese sentido, llenar de vida un espacio verde con petirrojos es también una forma de autocuidado.
Es importante recordar, sin embargo, que estos alimentos deben ofrecerse como complemento y no como sustituto de la dieta natural de las aves. Los petirrojos seguirán buscando insectos, gusanos y frutas silvestres, pero encontrarán en los cacahuetes un apoyo extra en épocas de escasez.
Atraer petirrojos al jardín no requiere fórmulas complicadas ni productos exóticos. Basta con recurrir a algo tan sencillo como este picoteo saludable para que estos pequeños cantores conviertan el espacio en un lugar más animado y lleno de naturaleza.
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