Si hay una cualidad que convierte un simple puré en un puré de categoría, sin duda es la cremosidad. Si al puré de calabacín de toda la vida lo enriquecemos con quesitos y puré de patata Maggi, elaborado con un 99% de patata de la mejor calidad, sin conservantes ni colorantes, conseguiremos ese extra de cremosidad que conquistará todos los paladares.
Tanto si lo servimos como primer plato como si lo elaboramos para una cena ligera, podemos estar seguros de que siempre acertaremos. Además, si nos esmeramos un poco en su presentación, en copa y espolvoreado con almendras tostadas y picadas, por ejemplo, nuestro puré puede ser un plato de alta cocina para una ocasión especial.
Descubre cómo preparar la mejor versión de puré utilizando como ingrediente principal el puré de patatas Maggi. Con un 99% de patatas de primera calidad, cuidadosamente lavadas, peladas y cocidas al vapor, estamos ante un producto natural, versátil y muy nutritivo, que conserva todas las virtudes de la patata y sin añadir gluten, colorantes ni conservantes.
Ingredientes para hacer puré de calabacín con quesitos
- 115 g (1 bolsa) de puré de patatas Maggi
- 300 ml de leche semidesnatada
- 300 ml de agua
- 2 calabacines
- 4 quesitos
- Agua
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Semillas de sésamo (para decorar)
- Pimienta (para decorar)
Dificultad
Fácil
Tiempo de elaboración
15 minutos
Tiempo de cocción
15 minutos
Cómo se hace el puré de calabacín con quesitos
Puré de patatas Maggi listo en pocos minutos

Empezamos preparando el puré de patatas Maggi. Para ello, ponemos un cazo al fuego con la leche, el agua y una pizca de sal. Cuando rompa a hervir, retiramos del fuego y añadimos los copos de puré. Dejamos reposar unos instantes y removemos suavemente para obtener un puré de patatas no muy espeso. Reservamos.
Preparamos los calabacines
Lavamos los calabacines y pelamos uno de ellos, el otro lo dejaremos con piel. Cortamos y desechamos las puntas y los troceamos. Ponemos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite y pochamos el calabacín, removiendo de vez en cuando.
Elaboramos el puré
Cuando el calabacín esté bien hecho, añadimos los quesitos y batimos hasta conseguir un puré. Añadimos el puré de patatas, sal al gusto y un poco de agua (o leche) y volvemos a batir. Podemos emplatar en cazuelitas individuales y esparcir alguna semilla y pimienta por encima.
Los mejores trucos y consejos

Preparar un puré suave y cremoso es fácil utilizando el puré de patatas Maggi, gracias a la calidad de las patatas que se utilizan para prepararlo, junto a un cuidado proceso de elaboración. Con unos pequeños consejos para no equivocarse al elaborarlo, conseguiremos un resultado perfecto con el que brillar en cualquier menú que preparemos.
El calabacín ¿con piel o sin piel?
Dependerá un poco de nuestro gusto personal, pues no existe una regla absoluta al respecto. Podemos retirar la piel del calabacín por completo, lavarlo bien y no pelarlo, o retirarla solo en parte. El color final dependerá de cuál haya sido nuestra decisión.
Dejar enfriar antes de triturar
Si queremos que el puré quede sin grumos, lo mejor es triturarlo después de haberlo dejado reposar y enfriar. Si lo trituramos en caliente, es más fácil que el resultado final no sea homogéneo.
Toppings originales
A la hora de servir nuestro puré de calabacín con quesitos no podemos prescindir de nuestro topping preferido, desde frutos secos, rebanaditas de pan frito, tomate seco troceado, pipas, queso rallado, tacos de jamón ibérico, huevo hervido...
Otras recetas de puré de calabacín
A tope con las verduras

Mezclar el calabacín con otras verduras y hortalizas nos ayudará a darle un toque distinto: zanahoria, cebolla, calabaza, alubias verdes, alcachofas, champiñones, berenjena…
Con un hueso de jamón
Si al pochar el calabacín añadimos un hueso de jamón para que suelte sabor y lo retiramos cuando el calabacín esté hecho, conseguiremos un toque distinto que sin duda será todo un acierto.
Con una capa de gratinado
Si os apetece una presentación original, servid el puré en boles que puedan ir al horno, espolvoreadlos con queso rallado y gratinadlos unos minutos a horno fuerte. El resultado es original y delicioso, una capa crujiente sobre un cremoso puré.
Historia y origen del puré de calabacín
A finales del siglo XIX se denominaba potaje a ciertos platos entre los cuales figuraban sopas, consomés, cremas y purés. Su antepasado común es la adafina, un guiso con origen judío que se preparaba los viernes para degustar el sábado, poniendo en una olla de barro: garbanzos, alubias, arroz, verduras, carnes de vacuno y de cordero, huevos enteros, aceite y ciruelas pasas.
Con el tiempo, se añadieron patatas y, para evitar a la Inquisición, los conversos que quedaron en España comenzaron a cristianizar la adafina incluyendo tocino y otros productos del cerdo. Nace así la olla podrida cristiana y, a partir de ella, todos los cocidos y potajes de la cocina española (cocido madrileño, berza gitana, potes gallego y asturiano, almodrote canario, etc.), que después se exportaron apareciendo el puchero criollo en América y los pot-au-feu al otro lado de los Pirineos.
Los potajes se dividen en claros y espesos. Los primeros proceden de un solo elemento básico (carne de cualquier clase, pescado, crustáceos). Los segundos se caracterizan por la presencia de un elemento que los espesa. Entre estos últimos se encuentran los purés, que se espesan con una legumbre con fécula, como las patatas.
