Al parecer, una botella de vino de importación en Hong Kong sufre un impuesto fiscal del 80%, gracias a este arancel el Gobierno Chino recauda hasta 39 millones de euros de las bebidas alcohólicas. Resulta demasiado elevado, un vino cuyo valor es de 5 euros, se recibe por los mayoristas chinos a 9 euros, éstos lo venden a los detallistas por un precio triplicado (28 euros) y finalmente es ofrecido a los comensales en la cadena de restauración a un precio que puede llegar a alcanzar los 90 euros.
De 5 euros hemos pasado a 90, desde luego beber vino de exportación en China no compensa, además, un elevado impuesto frena al sector enológico y a la cultura del vino. Las cosas incluso estuvieron peor para el sector enológico Chino, se alcanzó hasta el 90% de carga fiscal en el año 1994. Esta situación ha obligado a las compañías de exportación del país a solicitar una revisión de los aranceles existentes y tras algunos meses de reclamaciones, parece ser que existe la posibilidad de que el impuesto se reduzca un 20%.
Una cosa es bien evidente, al final quienes realmente pagamos los impuestos, somos los consumidores y da igual el país.
Vía | Agroinformación Más información | ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior)