Como sabéis, en nuestro país existe la tradición (de origen largamente discutido) de tomar doce uvas durante las campanadas de Nochevieja, de esta forma se garantiza entrar con suerte en el año que empieza. Pero ¿que pasaría si no tuviéramos uvas para celebrar la Nochevieja como tenemos por costumbre?
El culpable de que esta posibilidad se convierta en una realidad, tal vez a partir del próximo año, es el cambio climático. Este año las pérdidas se sitúan alrededor del 30% y parece que el problema va en aumento. Y es que no hace falta ser un experto en climatología para constatar que el tiempo está completamente loco.
El calor dura hasta casi las fiestas navideñas, también llueve indiscriminadamente y eso hace que las uvas del Valle del Vinalopó, en Alicante, en el que se cultivan desde hace un siglo las uvas que tomamos el último día del año, se pudran y se vean atacadas por enfermedades producidas por hongos.
La solución a este problema, que se acentúa cada año, no está clara. Luego nos asustamos cuando oímos hablar de alimentos modificados genéticamente, pero tampoco queremos pasar sin ellos. Y eso hace que vuelva a mi pregunta inicial ¿Y si no tuviéramos uvas para celebrar la Nochevieja?
Vía | El País Fotografías | Teksi_ y Josep Ma. Rosell En Directo al Paladar | Alimentos capaces de soportar el cámbio climático