La obsolescencia programada me tiene hasta las narices. Aún recuerdo cuando la mayoría de los electrodomésticos duraban años, y podían ser arreglados con un poco de maña. Ahora, una lavadora no dura ni diez años, y arreglarla cuesta más que una nueva. Por eso se agradecen diseños como Edwin, un exprimidor elegante y ecológico.
La parte de la elegancia no hace falta que la explique, porque salta a simple vista que es una preciosidad hecha en madera y cerámica blanca, es que no parece un exprimidor eléctrico, sino uno manual. Pero lo más relevante es su faceta ecológica, que os explico a continuación.
Por un lado, el exprimidor está fabricado en materiales fácilmente reciclables, y poco agresivos con el medio ambiente, como la madera y la cerámica. Por el otro, su mecanismo está construido con elementos fácilmente reemplazables, por lo que si uno falla, se puede sustituir sin tener que desechar el aparato. Además, llegado este extremo, se desmonta para poder ser reciclado por partes.
Sin duda, una idea magnífica de la diseñadora Natalia Coll, artífice de esta pequeña belleza de exprimidor llamada Edwin. Como buen valenciano amante del zumo de naranja natural, quiero uno.
Vía | Swiss Miss Más información | Natalia Coll En Directo al Paladar | Pajitas biodegradables para fiestas estilosas