Jaime de las Heras
Editor SeniorLa Puerta del Sol de Madrid, ese popular kilómetro cero, largamente pateado por turistas y madrileños, e igualmente largamente popularizado por las campanadas de Fin de Año, va a acometer en el verano de 2025 una de las transformaciones más importantes de su historia.
Pieza clave en el entramado urbano de Madrid, la realidad es que esta epicéntrica plaza ha sufrido una intensa remodelación en la última década, pero aún así, en 2025 vivirá un momento aún más relevante que hará la vida de todo el que pase por allí mucho más amable.
Ni más ni menos porque el ayuntamiento madrileño ha dado el visto bueno, tras varios años de peticiones, a la instalación de toldos y lonas en la Puerta del Sol para ofrecer espacios de sombra en una zona de la ciudad que no se caracteriza precisamente por tener ningún tipo de abrigo en estas circunstancias.
Con temperaturas medias diurnas que rara vez bajan de los 30 ºC en el centro de la capital, la ausencia de sombras naturales y el tipo de urbanismo de la Puerta del Sol, entre asfalto y hormigón, convierte este punto de la ciudad en un suerte de horno urbano que, este año, verá mitigado parte de su impacto.
El proyecto, no obstante, no es nuevo, pero sí necesitaba de varias autorizaciones, en especial de la Comisión Local de Patrimonio Histórico, que tenía que da su visto bueno a ciertas modificaciones dentro de un espacio que, entre otras cosas, está cuajado de edificios catalogados como bienes de interés cultural.
No obstante, esta comisión ya ha dado el visto bueno al proyecto que el ayuntamiento ha presentado y del que se encargará el estudio Linzazoro-Sánchez y que, presumiblemente, pondrá los toldos a primeros del mes de junio con una serie de mástiles de acero, que servirán de anclaje para los tensores y las telas. En este caso, además, la instalación de los toldos será provisional, adhiriéndose a una temporada que irá entre junio y octubre.
Imágenes | Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano
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