Hablar de asados y castillos en Castilla y León parece definir una realidad habitual en la que es la comunidad autónoma más grande de España. Nueve provincias y más de 90.000 metros cuadrados hacen de la comunidad castellano-leonesa la más extensa y con más provincias de todo el país y, también, una de las que más historia alberga.
Una tentación que por partida doble nos sorprende en Cuéllar, una villa de origen medieval con casi 10.000 habitantes, en la provincia de Segovia y que es, por méritos propios, uno de los pueblos con más encanto de toda España.
Declarada como conjunto histórico, la villa de Cuéllar es un destino predilecto para pasar un fin de semana rodeado de historia y arquitectura, salpicados de buen comer, y en una ubicación privilegiada.
Separada por apenas 50 y 60 kilómetros de Segovia y Valladolid, Cuéllar tiene esa virtud de cruce de caminos en plena comarca de Tierra de Pinares, lo cual también posibilitó su éxito y florecimiento a partir de la Edad Media, siendo una piedra clave durante la Reconquista.
De la panorámica de Cuéllar no nos podemos ir sin admirar su castillo medieval, el gran atributo de esta villa. En un magnífico estado de conservación y perfectamente visitable, el castillo de Cuéllar es un viaje en el tiempo donde, además, podemos ver cómo evolucionó la construcción desde sus paramentos más defensivos hasta el cambio a residencia palaciega, bajo el mandato de los Duques de Alburquerque.
Por este motivo, el castillo de Cuéllar no solo alberga detalles mudéjares, góticos y renacentistas, sino también una construcción singular donde los detalles fortificados conviven con las impresionantes balconadas de la parte superior.
Vista aérea de Cuéllar. ©iStock.
Además de eso, Cuéllar también presume de su triple recinto amurallado, del que quedan abundantes ejemplos del lienzo de la muralla, así como algunas de sus entradas, como la Puerta de San Basilio. El éxito de la villa también se traslada a una abundante arquitectura religiosa, tanto de iglesias como de conventos, encontrándose numerosos ejemplos de lo que se denomina mudéjar cuellarano, con ciertas particularidades arquitectónicas en las iglesias, como reflejan los ábsides de algunas construcciones.
Puerta de San Basilio. ©iStock.
Algo que se puede observar con facilidad en la Iglesia de San Esteban o la Iglesia de Santa María de la Cuesta, dos de los mejores ejemplos de las construcciones del pueblo. Una misma realidad que se consolida también con los detalles de casas nobiliarias como la Casa de los Rojas, así como otros emblemas como la Casa de los Velázquez del Puerco o la de los Velázquez y Ruiz de Herrera.
Un auténtico despliegue de historia, que, además, en Cuéllar también se enriquece con sus encierros, los más antiguos de España, y que se celebran en la última semana de agosto. Aunque con interrupciones históricas, el sentido de los encierros de Cuéllar data del primer tercio del siglo XIII, así que estaríamos hablando de unos encierros que –aunque no tal y como los conocemos– tendrían 800 años de historia.
Imágenes | iStock
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