Un buen guiso de pollo es la mejor receta casera para dar de comer a un batallón o solucionarte las comidas de la semana

No importa si sois pocos en casa o si tenéis muchos comensales en la mesa, pues esta receta de estofado de pollo es el comodín perfecto para contentar a todos

Guiso de pollo
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Los guisos y estofados son pura cocina casera. Nada como una olla, puchero o cazuela a rebosar de diferentes ingredientes sencillos con su chup-chup sin prisas que va llenando la cocina de esos aromas que hacen rugir el estómago. Por eso son recetas que sirven para un roto y un descosido, perfectas tanto para dar de comer a muchos comensales como para disfrutar en familias pequeñas o en tu táper del trabajo.

Recetas como el estofado de pollo nunca deberían perderse de esos recetarios familiares, y estamos seguros de que todas las casas tienen una versión propia que despierta nostalgia y sentimiento hogareño. Si no aprendiste la fórmula mágica de tu madre o de tu abuela, no te preocupes, nuestra receta básica es fácil, adaptable y siempre sale bien.

Un buen guiso debe llevar verduras y hortalizas, ingredientes aromáticos, proteínas y una generosa parte líquida que guisará el conjunto dejando además una salsa para mojar pan; puede ser más o menos caldoso según nos guste. Con esa fórmula hay mil combinaciones, aunque el estofado de pollo es el que nunca falla, salvo que seamos vegetarianos o veganos.

Y los pasos siempre son los mismos: partimos de un sofrito clásico al que podemos añadir, además de cebolla y ajo, tomate, ñora, pimiento o apio, y doramos después con el pollo troceado. A continuación se añaden especias y tomate frito o alguna variante (concentrado, salsa de tomate, triturado al natural...), patatas chascadas y los líquidos, normalmente vino blanco y agua, pero podemos usar brandy, sidra, cerveza o caldo de pollo o verduras.

Guiso Pollo

Tras subir a ebullición la temperatura hay que bajar el fuego y dejar la cocción a fuego lento hasta que todo esté bien cocinado y tierno, con el líquido reducido y lleno de sabor. Es un plato que permite jugar con las especias y las verduras, y que podemos tomar tal cual con pan o acompañar, por ejemplo, de arroz blanco.

Buenísimo recién hecho, incluso mejora de un día para otro, por lo que merece la pena que sobre. Si deshuesas las piezas de pollo puedes hacerte un táper para llevar que será la envidia de tus compañeros.

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