Hay quien cree que la Agenda 2030 nos está obligando a comer insectos. Lo cierto es que los comemos todos desde los años 50

Hay quien cree que la Agenda 2030 nos está obligando a comer insectos. Lo cierto es que los comemos todos desde los años 50
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El cacareo sobre la Agenda 2030 lleva varios años en la mesa. Convertido en una guerra ideológica entre sus detractores y sus partidarios, la realidad es que algunos momentos que se producen a raíz de este conflicto resultan relativamente ridículos.

Acaecidos en Twitter, una red social que se presta con facilidad a lo viral y a los bulos, la última escaramuza tiene que ver de nuevo con comer insectos. Los detractores de la Agenda 2030 ven en ello un punto de conflicto, avisando desde el etiquetado de ciertos productos —como este chorizo— de las intenciones de gobiernos y macrocorporaciones de hacernos comer insectos.

La lástima es que, si nos fijamos en el vídeo en cuestión, el usuario no está teniendo en cuenta que de Agenda 2030 tiene bastante poco el ingrediente en cuestión dentro del chorizo. De hecho, tendría bastante más que ver con una Agenda 1950 —si en algún caso se hubiera desarrollado—.

Principalmente porque la crítica que el usuario de Twitter apunta hacia el chorizo es la presencia de la cochinilla como colorante, es decir, de la cochinilla del carmín o Dactylopius coccus, un insecto cuyas hembras se utilizan para generar el color rojo.

No sólo está presente en determinados chorizos, sino también en gelatinas, yogures y prácticamente cualquier elemento que tenga necesidad de potenciar los colores rojos. Aun así, el extracto de cochinilla lleva bastantes años en desuso, siendo sustituido por diferentes alternativas industriales, ya que resulta más caro de producir que estos derivado.

Por eso, cuando veáis entre los ingredientes de un producto la presencia de ácido carmínico o el aditivo E-120 debéis saber que, de una forma u otra, os estáis comiendo unos pequeños insectos machacados que dan color rojo a vuestros alimentos. Y lo llevan haciendo décadas, no desde que se ha puesto de moda la Agenda 2030.

Como alternativas a este E-120, la opción comercial más recurrentes es el denominado Ponceau 4R, que es un colorante azoico que va numerado con la clasificación E124 y que en este caso no proviene de ninguna fuente animal.

Imágenes | Montaje propio a partir de una imagen de Roberto Michel.
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