La policía local de Vitoria ha pillado in fraganti a un hombre de 64 años que transportaba pescado fresco en un remolque para perros, sin ningún tipo de refrigeración, que luego se vendía en un puesto del mercado.
Como ha explicado el Ayuntamiento de la ciudad vasca, la policía local sospechaba que el propietario del remolque podría estar transportando comida sin las debidas medidas de higiene pues ya había sido detectado varias veces aparcando en la zona de carga y descarga del mercado del Ensanche, situado en el barrio vitoriano de Coronación.
El vehículo no contaba con permiso para aparcar en la zona de carga y descarga así que, esta mañana, la policía se ha presentado a multarle, descubriendo que llevaba 120 kilos de bonito y, además, no tenía ITV ni seguro.
Un pescado especialmente sensible
Tras contactar con los servicios veterinarios del ayuntamiento, se ha decidido incautar el pescado, pues se había roto la cadena de frío: la temperatura en el interior del remolque era de 16 grados, mucho mayor que la permitida para transportar pescado fresco, que debe ser de cero grados (la conocida como “temperatura de hielo fundente”).
Según ha explicado el propio Ayuntamiento de Vitoria, el bonito es, junto al atún, la anchoa o la sardina, una variedad de pescado “especialmente sensible a la rotura de la cadena de frío”.
La Guardia Municipal ha realizado el correspondiente informe policial para proceder a la denuncia y la apertura del expediente sancionador. Los nueve bonitos incautados han sido destruidos.