Tras el repaso por las cervezas comerciales más populares de Polonia, tenía ganas de meterme en el cuerpo una cerveza de esas que le hacen a uno cerrar los ojos a cada sorbo. La elegida para tan complicada misión no ha sido otra que la Cerveza blanca de trigo Sagra.
Se trata de una cerveza artesanal de alta fermentación fabricada en la comarca del mismo nombre, en Toledo, elaborada con maltas de Castilla La Mancha. El estilo de cerveza es el que se conoce como Belgian White, uno de mis favoritos.
Diseño y aspecto
La botella de Sagra es bastante atractiva. Tanto por su silueta estilizada como por la elegante etiqueta, negra con detalles en dorado mate y una llamativa banda amarilla donde resaltan las letras negras y blancas. El logo, para los que no lo hayáis deducido, representa las aspas de un molino en movimiento dentro de lo que diría que es un queso, aunque de esto segundo no estoy seguro.
Al servirla, se hace presente la palidez y turbieza propia de las cervezas de trigo. La espuma es abundante y cremosa, y si la vertemos correctamente perdura bastante en la copa. No se aprecia una especial gasificación, aunque esto es normal.
Nota de cata
En nariz enseguida apreciamos un aroma intenso y complejo, se percibe el dulzor del cereal, pero también aromas frutales, especialmente cítricos, ya que incorpora piel de naranja, así como notas florales y un leve toque especiado gracias al uso de semillas de cilantro.
La entrada en boca no es dulce, sino más bien amarga, pero muy agradable, como a pomelo. Tiene un magnífico cuerpo cremoso y el sabor permanece bastante, tornándose ligeramente refrescante y floral hacia el final. Es una cerveza muy agradable de beber, delicada como las cervezas de trigo pero refrescante como las lager de cebada. Muy equilibrada.
Sagra. Cerveza blanca de trigo
Belgian White 5,2% Vol. Puntuación: 9
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